Por mucho que me hayan insistido desde la Dirección General de los Registros y del Notariado, no puedo dejar de incluir otra semblanza antes de retirarme hasta septiembre por siempre jamás. Os voy a hablar de alguien muy especial. Tan especial, que llegó a ofrecerme el mismísimo cielo en cierta ocasión. Yo lo rechacé en aquel momento porque no me creía preparado para semejante empresa y porque en aquel momento tenía unos asuntos pendientes en Felizonia, pero acepté finalmente su ofrecimiento. Hablo, como podéis imaginar porque está escrito ahí arriba, de 4106, el Maestro.
4106 dirige el coro del que formo parte yo y del que forman partes 4101, 4102 (antes de permutar en Diva), 4103, 4104 y 4105. O sea, que en cierto extraño modo, le debo las gracias a 4106 por haberme dado la oportunidad de participar en su proyecto musical, o mvsical, porque 4106 siempre escribe música con v, sin que nadie sepa todavía por qué. Sin embargo, a 4106 no le gusta mi voz. Dice que mi timbre de voz es desagradable, que golpeo las notas desde arriba y desde abajo y que no tengo delicadeza ni vergüenza. Por eso, cuando se reparten los solos, a mí siempre me tocan aquellos en los que hay que poner voces de negro del siglo XVII. Aprovecho la oportunidad que me brinda mi blog para reclamar solos normales, o al menos, solos de negros de nuestro siglo tales como Kofi Annan, Waldo Faldo o Mike Tyson (¡Holyfield, ¿nos tomamos unas cañejas?!).
4106 ama la Mvsica, pero la engaña de vez en cuando con la Teknología. Es capaz de arreglar cualquier cosa o situación siempre que tenga botones de colores, esté enchufada a la corriente y sea, preferiblemente, Mac. Hace unos años 4106 renegó de los PCs y de sus usuarios, de los que ahora se ríe de manera torva y procaz. En su casa habita un misterioso mando a distancia que aún no se ha inventado y que puede controlar todos sus aparatos, entre los que se encuentra el iMac, el iPod, la iTv, la iXbox 360, la iTurmix, el aparato digestivo y el aparato excretor.
4106 ama la Mvsica, la engaña de vez en cuando con la Teknología y tontea con los animales domésticos más cariñosos del Mercado. Por eso tuvo una iguana a la que llamó Josquin y por eso tiene un gato al que llama Gombert. Gombert está desquiciado. Tiene por costumbres arañarnos los tobillos y untarse de lubricantes para automóviles. En mi grupo Qtal! hay una curiosa predilección por los gatos, que únicamente 4103 y 4104 tratan de paliar con sendos cánidos igualmente desquiciados, pero que ni arañan ni se lubrican.
4106 nos invita a su casa con frecuencia modulada. Modulada por su novia, 4107, a la que le tocará en septiembre, o a la que tocará en septiembre, o que lo tocará en septiembre. Cuando nos convoca, todos nosotros, junto con 4110, el Tirador de Élite, acudimos a la hora que sea a disfrutar de sus sesiones de Xbox hasta que notamos que se nos empiezan a derretir las córneas y que no distinguimos nuestra mano izquierda de nuestra trompa de Falopio. Es justo entonces cuando 4106 llama a Pizza Hut con su mando multiusos y encarga dieciséis pizzas, de dos sabores cada una. 4106 no conoce el escrúpulo.
4106 conoce, sin embargo, todos los capítulos de Friends, el truco para que suena la COPE cuando enciendes la luz del cuarto de baño, la manera más rápida de deforestar Murcia, las broncas de mentira, el arte de la improvisación espontánea y las consecuencias de una hiperestesia subcutánea. Siempre y cuando esté despierto y no vomite, 4106 resulta una compañía familiar. Porque aunque aún no haya hablado de 4111, el Padrino, nadie debería dudar a estas alturas que mi grupo Qtal! es, casi por encima de todo, una gran familia.
En el capítulo siguiente: 4107, la Defensora.
2 comentarios:
Muchas gracias, Ángel. 4107 y yo nos hemos reído un montón.
De nada hombre, de nada. En todo caso, gracias a ti por revelar de forma tan generosa tu identidad secreta.
:-O
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