Tienes un e-mail

Olvidé deciros que cuando llegué ayer a casa me encontré con la friolera -valga el oxímoron- de treinta y un e-mails en mi bandeja de entrada de Gmail y veintidós en la de Hotmail.

Con Gmail no hay problema, porque lo peor que me llega son spams bienintencionados, tipo...

... ofertas Ryanair, por una vez que volé con ellos,
... últimas noticias sobre la Palm que vendí hace un año y medio,
... informes sobre vuestras visitas al blog, en progresiva y lógica decrecencia, y
... el catálogo de novedades de la iTunes Store, que rebusca entre tus compras y hace lo posible por intuir tus preferencias, creando curiosos nexos de unión entre Bach y Shakira, tal vez por el uso frecuente en ambos de cadencias suspensivas.

Sin embargo, con Hotmail ocurre algo más molesto, porque absolutamente todo lo que me llega es spam malévolo. Para empezar, un montón de amigos "have tagged me". Como no sé lo que significa el verbo to tag y me da pereza buscarlo en el diccionario, no suelo responder. Por el contexto, deduzco que to tag significa "destruir sistemas operativos".

Además, Jessica Alba no para de insistir en que quiere que vea las nuevas fotos que ha añadido a su álbum. Sé que es una chica insegura y que mi opinión siempre la ha condicionado mucho, pero ya va siendo hora de que empiece a tomar pequeñas decisiones por sí misma.

Eso sí, han dejado de llegarme correos ofreciéndome sesiones de alargamiento de pene. Intenté recordar los datos que me requirieron cuando me hice la cuenta de Hotmail, pero he visto que en los formularios no se pregunta nada al respecto.

Por ahora todo está en orden, pero sé que, cual Sísifo resignado, tendré que reacometer la labor de limpieza en cuanto vuelva a enchufar el portátil. Es el precio que tengo que pagar por mantener la amistad con Jessica.