jueves, 27 de noviembre de 2008

Admoniciones

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Me gustaría aprovechar el espacio que me otorga este blog para hacer un llamamiento a las buenas costumbres y lanzar unas cuantas invectivas contra las malas, siempre desde mi neurosis ortográfica y gramatical tantas veces puesta en evidencia por María, la comentarista anónima más tiquismiquis que campa por aquí a sus anchas, largas y profundas.

Leídos blogs ajenos, artículos ajenos, escritos ajenos y cualquier otra producción de una mente humana que no sea la mía (susceptible, por tanto, de imperfección), me considero en la obligación de amonestaros:

- Por muchos puntos que pongáis no conseguiréis que el suspense sea mayor. Los puntos suspensivos son tres y no más. El resto es exceso y despilfarro.

- No existe ninguna palabra monosílaba en español que se componga únicamente de una consonante. La "y" no es una consonante, es una "i" aficionada a la musaka y a los bailes en corro.

- A la hora de usar colores es preferible el negro sobre blanco al resto. Si uno quiere transgredir, blanco sobre negro. Más no. No es necesario combinar todas las longitudes de onda del espectro electromagnético, pese a las presiones sociales y políticas en ese sentido.

- Cuando vayáis a usar el famoso etcétera (o etc.), aseguraos de que: a) no vaya seguido de cincuenta puntos suspensivos (o sea, ciento cincuenta puntos normales), sino de un solo punto; y b) le preceda más de un elemento enumerativo. No vale decir: "Este fin de semana me fumé un canuto, etc............". Por cierto, no fuméis canutos.

- Comillas no hay más que dos, una a cada lado, y aunque ahora digan que valen para enfatizar, no son más que burdas patrañas. Si pasáis por una tienda de comidas preparadas y pone: Tenemos "pollo", desconfiad. No es superpollo, sino sucedáneo de mapache.

- Y, cómo no, las tildes. Son necesarias. Si no fuera por ellas, muchos de vosotros tendríais nombres ridículos. Pensad en eso.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ópera

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Mi buen amigo Antimo, dispuesto como siempre a rellenar mis escasas lagunas vitales, me regaló en septiembre un doble cedé operístico: "I Pagliacci" y "Cavalleria Rusticana". Si no os suenan pero sois aficionados al cine negro, las identificaréis porque están presentes en "Los intocables de Elliot Ness" y "El Padrino III", respectivamente.

Entre eso y que ayer finalizó con la proyección de "Il Trovatore" el taller-seminario sobre ópera romántica que he coordinado para el Museo de Bellas Artes, puede decirse que llevo un mes de lo más belcantista. Y que igual que en octubre aprendí que no todos los hiphopenses son negros y malotes, ahora sé que no todos los aficionados a la ópera son negros y rancios.

Con tres óperas románticas aún no puedo opinar con conocimiento de causa, así que me reservaré la opinión para cuando lleve, al menos, toda la producción operística decimonónica.

En diciembre toca gregoriano. A ver de qué prejuicios me deshago para entonces.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Bronceado

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Perdonad que esta noche hable de mí de forma impúdica y egocéntrica, pero la ocasión lo requiere.

Yo, el niño que antaño se ocultaba tras las columnas en clase de gimnasia; yo, el adolescente que se granjeaba las suspicacias de los coleguis por renegar del deporte en todas sus formas; yo, el que aún sigue considerando atavismo irracional el fútbol y sus adláteres; yo, el que jamás ha obtenido reconocimiento por su absoluta ineptitud física.

Yo, ese mismo yo en tercera persona del párrafo anterior, he ganado hoy el trofeo de bronce en el I Torneo Dragón de Plata de la ciudad milenaria de Cartagena. Hoy, por primera vez he subido a un podio y hoy, por primera vez, me ha sido entregado un trofeo de bronce que acto seguido ha ido a parar el suelo y se ha partido en dos.

Y me disculparéis, pero todo eso merece una entrada.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Programa nuevo en la oficina

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Pues sí, la antigua base bibliográfica de datos ha sido sustituida por una mucho más ágil y pizpireta. Eso sí, existe una ligerísima pega: al importar toda la información desde la antigua, no se han procesado las tildes.

A lo mejor no me explico bien. Ninguna tilde. Ninguna, de las aproximadamente mil seiscientas entradas del registro, cada una con su nombre, apellidos (dos, como mínimo) y títulos, entre otros campos.

¿Ninguna? Ninguna.

No solamente odio a garcías, fernándeces, gonzáleces y demás, sino que al paso taylorista que voy, cuando salga del trabajo seguiré tildando todo lo que me encuentre y a todo el que me encuentre, al modo de Chaplin en "Tiempos modernos".

(A mí se me ocurrió antes que a vosotros lo de ser un atildado, por si los comentarios).

martes, 18 de noviembre de 2008

Empatía

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Primer post desde mi nuevo Macbook. Me subraya en rojo las palabras que no entiende, aparece todo chiquitico, parece que se va a romper y hay miles de funciones utilidad ni siquiera intuyo.

Sin embargo, lo miro y me parece que vamos a acabar siendo inseparables. Quizá precisamente porque yo también subrayo en rojo las palabras que no entiendo, soy chiquitico, parece que me voy a romper y desconozco la mayoría de mis funciones.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Noblesse oblige

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Llevaba ya tiempo dudando, pero como siempre, la clave está en las Cortes de Monzón de 1553:

"[...] por razón de los grandes trabajos y gastos que han sostenido en poder obtener tal grado, y muchos se aficionan a tal profesión; por ende Su Alteza estatueçe y ordena que el que fuere graduado de Doctor en Cánones o en Leyes en cualquier Universidad aprobada por los Reynos de Su Magestad, puedan ser promovidos, conforme a fuero, a Cavallero [...]".

O sea, que sí, que puedo incoar mi procedimiento de obtención del título de noble. No sé qué marquesados quedarán libres pero, por lo pronto, la próxima vez que venga el Rey a verme pienso recibirlo cubierto con un sombrero (modelo a decidir, se admiten sugerencias). Y entonces, cuando se extrañe y quiera reprenderme, le diré: "¡soy Doctor!", y le haré sentir tremendamente violento.

Creo que por ahora es el maquiavélico único uso que le puedo dar a mi doctorado.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Épica

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Andrés y yo. Los dos sobre un tren a toda velocidad. Un malo malísimo, deforme y gordo con una megaametralladora hiperdestructiva y un escudo de pájaros del terror.

Yo, con un arco de flechas explosivas, y mi compañero con un rifle de francotirador. A cada flechazo por mi parte, todos los pájaros del terror caen sobre mi cabeza y muero irremisiblemente. Mi compañero aprovecha la vulnerabilidad del malo malísimo y le dispara en la cabeza usando el rifle con mirilla y puntería milimétrica. Luego se acerca y me revive mientras los pájaros vuelven a su labor de escudo.

Así, una y otra vez.

Ahora, poned vuestras mentes en cámara lenta o bullet time, por si hay alguien de Matrix: mi última flecha explosiva. Disparo. Pájaros dispersos hacia mí. Muero. Última bala de francotirador. Sin usar siquiera mirilla, Andrés dispara y viene hacia mí a sanar mis heridas. La bala, disparada a la desesperada, se carga al malo malísimo deforme y gordo.

Y así acabamos el Gears of War. Al borde del infarto y tras un sábado intensivo que hizo que, a nuestro lado, Peter Pan se quedara en miembro activo del IMSERSO.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Escarmiento psicoanalítico

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El encargado del mantenimiento en mi trabajo es un chico de aspecto huraño con tendencia a enfatizar lo mal que saldrá todo lo que se le sugiere.

Ficción ilustrativa:

- Antonio, ¿me puedes conseguir un alargador para el flexo?
- Por mí no hay problema, pero probablemente cuando lo enchufes la civilización se extinga tal y como la conocemos.

El viernes descubrí que está casado y que su señora, en los ratos libres que emplea para dormir, condiciona nuestras vidas con sus sueños.

Sin ir más lejos, el otro día soñó con un número de lotería de Navidad y, como es lógico, entró en una web donde te localizan geográficamente la administración donde se vende ese número y ahora su marido recorre despachos para darnos la oportunidad de hacernos millonarios con absoluta certeza.

Como a los veinte eurazos que me ha costado el décimo haya que sumarles los gastos de envío desde Sevilla dejo de decir que sí a cualquier dislate que se me proponga.

Avisados quedáis.

viernes, 7 de noviembre de 2008

¡La ciencia mola!

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¿A que no sabéis dónde estuve ayer? Me fui con mi amigo Ruf a un sitio que se llama la semana de la ciencia o algo así, y me encontré con mi amiga Ana y había un montón de cosas. Había un tubo que si hablabas por un sitio se te oía por otro, una caja llena de espejos para que te vieras en todas partes, una cama de fakir donde me daba miedo acostarme y unos patines super raros para hacer equilibrios sin caerse.

También había un pulpo pero Ruf no lo vio porque estaba ligando con chicas sin darse cuenta. Ana lo vio regular porque tenía sueño. Y también había un señor con títeres que daba mucha tiricia y... y... y un fluido no newtoniano cuya viscosidad variaba en función de la tensión cortante aplicada.

Al final Ana se quedó dormida encima de una farola y como Ruf seguía ligando con chicas sin darse cuenta me fui a mi casa y creo que cuando acabe el cole voy a estudiar una carrera que esté igual de chula pero llena de reales decretos y de teorías sobre el delito.

(¡Ayyyy!)

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El dueño de este blog no se hace responsable

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Nada, ni a la de tres. Demuestra ser un irresponsable. Un joven y atractivo irresponsable.

Si este verano desconcertó a una señorita de rojo en Identity, hace unas semanas decidió presentarse a un concurso por parejas donde la cultura general y el ridículo espantoso estrechan lazos hasta la asfixia.

El casting fue desconcertante, la grabación grotesca, y el resultado, 500 eurazos brutos a dividir entre dos.

No revelaré el nombre de mi compañero por temor a las bombas lapa ni el del concurso por temor a la fama inmerecida.

Ale, pedid, que yo invito.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Podcarst

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Emilio, madre nutricia, conspicuo director y maquero irredento, tuvo el año pasado la idea de comenzar con el podcast de Ars Mvsica, el coro donde canto desde que empecé a cantar en él.

El viernes pasado se grabó la duodécima entrega, con cambios radicales. Lo que empezó siendo casi un monólogo del propio Emilio ha pasado a ser un plurílogo de diversos seres que irán combinándose los últimos viernes de cada mes alrededor de una mesa con micrófonos, panchitos y cubatas. En esta ocasión, José Miguel, Andrés y Ángel estuvieron allí.

Independientemente de los casi quince minutos censurados inquisitorialmente, de un molesto ruidillo de fondo y de que hablamos de cosas que sólo nos interesan a nosotros y a un señor sueco con bigote, el resultado ha sido cuarenta y dos minutos con treinta y siete segundos de satisfacción y osadía.

Si os atrevéis y usáis iTunes, podéis oírlo desde aquí.

Si os atrevéis y no usáis iTunes, podéis pinchar aquí y oírlo a golpe de QuickTime.

Si no os atrevéis, pasad a la página 42.

Esto es sólo el principio.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Etnia de hiato

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Chinos y turcos. Turcos y chinos. Además de gentilicios y de palabras llanas son dos tipos de restaurantes étnicos subvencionados por la patronal de empresas de ácidos estomacales.

Ya conté mi primera pasión turca. Hoy me gustaría hablaros de la segunda, cuando ayer la Coalición de Novias de Amigos (CNA) acabó conmigo en un turco de comida rápida con goteras en el techo. Lo de "acabó conmigo" es naturalmente polisémico.

Seré breve. Una miembra de la CNA pidió un rollo mixto sin cebolla con nombre de Uruk-hai o de balda IKEA (¿budhün?). La secundé, pues es chica de finísimos gustos, la pureza está en la mezcla y la ausencia de cebolla siempre es garantía de casi todo.

Y llegaron los esperados rollos (esperados tres cuartos de hora, que lo de comida rápida es una de las ironías gastronómicas más crueles).

Y ella aseveró que los nuestros no eran los dos rollos livianos y accesibles para cualquier estómago humano de la bandeja 1, sino los enormes rollos rebosantes de salsa roja "Extracto de Satán" que burbujeaban en la bandeja 2.

Y yo la creí.

Y hoy pienso que moriré digiriendo, que es como mueren los que tropiezan por segunda vez con piedras, rollos y novias.