Como la semana que viene se avecina repletita de estupendo y suculento trabajo, no voy a poder hablaros de mi fin de semana, así que os adelanto toda la información de primera mano y sin azúcar añadido:
-El viernes asistí a la quedada de blogueros que, inserta como era ella en la Feria del Libro, fue exitosa y acudimos de tres (según estimaciones policiales) a seiscientos millones de personas (según la organización). Hablamos de literatura, de nuestros blogs y de lo azul que estaría todo si no fuera por el resto de colores.
-El sábado por la mañana, con setenta y dos grados centígrados y dos amigos, me tomé unas copichuelas aperitivescas en zona céntrica de Murcia. Todo bien, casi no hizo falta que usara mis superpoderes.
-El sábado por la tarde, a eso de las siete, con marejadilla interior y vientos de componente norte-nordeste, me imbuí en el papel de sushiman y estuve preparando sushi, sashimi y demás delicias japonesas con arte inusitada. Cuando vengáis a Murcia os voy a cocinar una sopa de miso que os vais a chupar las meninges.
-El domingo por la mañana, sin embargo, descansé y, tras un sueño reparador, acudí a la misa más temprana y merodeé por Murcia en busca de churros, chocolate, nuevas, apasionantes y aventuras. Como no encontré más que desolación y parejas de Testigos de Jehová, volví a casa y comencé a hacer ejercicio bucodentales hasta el momento de la refacción.
-El domingo por la tarde acabé mi fin de semana cantando polifonía renacentista, que es la mejor forma de cantar polifonía: acabando el fin de semana. Grandes momentos con el Puer natus est nobis à 4 de W. Byrd. ¿Vendréis a oírme al concierto?
¡Bien!
-El viernes asistí a la quedada de blogueros que, inserta como era ella en la Feria del Libro, fue exitosa y acudimos de tres (según estimaciones policiales) a seiscientos millones de personas (según la organización). Hablamos de literatura, de nuestros blogs y de lo azul que estaría todo si no fuera por el resto de colores.
-El sábado por la mañana, con setenta y dos grados centígrados y dos amigos, me tomé unas copichuelas aperitivescas en zona céntrica de Murcia. Todo bien, casi no hizo falta que usara mis superpoderes.
-El sábado por la tarde, a eso de las siete, con marejadilla interior y vientos de componente norte-nordeste, me imbuí en el papel de sushiman y estuve preparando sushi, sashimi y demás delicias japonesas con arte inusitada. Cuando vengáis a Murcia os voy a cocinar una sopa de miso que os vais a chupar las meninges.
-El domingo por la mañana, sin embargo, descansé y, tras un sueño reparador, acudí a la misa más temprana y merodeé por Murcia en busca de churros, chocolate, nuevas, apasionantes y aventuras. Como no encontré más que desolación y parejas de Testigos de Jehová, volví a casa y comencé a hacer ejercicio bucodentales hasta el momento de la refacción.
-El domingo por la tarde acabé mi fin de semana cantando polifonía renacentista, que es la mejor forma de cantar polifonía: acabando el fin de semana. Grandes momentos con el Puer natus est nobis à 4 de W. Byrd. ¿Vendréis a oírme al concierto?
¡Bien!