Por mucho que os empeñéis en lo contrario. Seguís aseverando que me habéis avistado en Barcelona, en Londres y, la última vez, en las minas de sal de Polonia. Lo de Polonia sale con frecuencia. Me veis mucho por allí últimamente, y no puedo sino imaginarme un país poblado por mis dobles, triples y vicetriples, al modo de Bronson, aquella mítica ciudad habitada únicamente por seres con la cara de Charles Bronson, cuyas primeras noticias encontramos en las crónicas de Springfield, sustraídas el 26 de febrero de 1992 de la biblioteca de Bioy Casares por J.L. Borges convenientemente caracterizado como el propio Bioy Casares.
Y en estas consideraciones andaba yo esta mañana, dispuestos a preguntaros por qué tendéis a confundirme con cualquier persona que reúna el requisito de no ser yo, cuando he recibido el e-mail que me confirma como nuevo colaborador del programa El Finde, presentado por Ramón García (el de la capa española no; el otro). Contaré con unos diez minutitos para hablar de música clásica con un enfoque distinto, dinámico, diferente, diafragmático y dispépsico.
Ahora sólo queda que Emilcar me ayude a incrustar archivos de audio en lugares públicos para que, si bien hasta ahora no me habéis logrado identificar por mi aspecto físico y mi aspecto químico, podáis evitar malentendidos gracias a mi voz envolvente y a que intercalaré mi nombre entre cada tres oraciones subordinadas. Va a ser la monda.
Y en estas consideraciones andaba yo esta mañana, dispuestos a preguntaros por qué tendéis a confundirme con cualquier persona que reúna el requisito de no ser yo, cuando he recibido el e-mail que me confirma como nuevo colaborador del programa El Finde, presentado por Ramón García (el de la capa española no; el otro). Contaré con unos diez minutitos para hablar de música clásica con un enfoque distinto, dinámico, diferente, diafragmático y dispépsico.
Ahora sólo queda que Emilcar me ayude a incrustar archivos de audio en lugares públicos para que, si bien hasta ahora no me habéis logrado identificar por mi aspecto físico y mi aspecto químico, podáis evitar malentendidos gracias a mi voz envolvente y a que intercalaré mi nombre entre cada tres oraciones subordinadas. Va a ser la monda.