Tras el breve y tremendamente polémico paréntesis dedicado a las ñoñerías, vamos a seguir con nuestra serie de semblanzas dadás como muchos me habéis solicitado por correo postal, electrónico y del otro. Esta noche toca 4105, el Gran Masturbador.
4105 ya os suena, porque salió en la entrada dedicada a 4104 a raíz de la trama urdida por 4106 en su plan de captación de mis cuerdas vocales y de las no tan vocales. Nada podía fallar, pero el amor se interpuso entre 4104 y yo, con erótico resultado. 4105 no permaneció del todo al margen. El hecho de ser un tenor agudo y un antihéroe totalmente pelirrojo le ayudó a no sucumbir a mi encanto fantasmal, materializado sobre todo en movimientos pendulares de mis orificios nasales y en usos subrepticios de la salsa bearnesa.
4105 recibe el epíteto suprascripto por la profesión que desempeñó desde que acabara sus estudios universitarios, puesto que cerca de dos tercios de los penes porcinos del Reino de Murcia han pasado por sus titilantes manos, que con un desparpajo -¡caramba!- fuera de lo común en estos casos, les extraían sus fluidos ricos en fructosa. Usaba la realización de una tesis doctoral como pobre coartada para disimular una desviación afectiva que fue retirada de la lista de enfermedades psíquicas por la última reforma urgente y parcial de la Ley de Arrendamientos Rústicos.
4105 abandonó sus labores triste y cabizbajo cuando le ofrecieron millones de euros y un puesto de directivo en una famosa empresa que vende al por mayor el codiciado fluido porcino rico en fructosa. Si le interesa a alguien, sale -¡caramba!- a 0'80€ el frasquito. Desde entonces, pasa cuatro tercios de sus días y sus noches en un Ford Focus grisáceo sobre cuyo parabrisas se hará instalar próximamente una vitrocerámica con el fin de no tener que salir del coche más que para simultanear el uso de sus esfínteres con la participación activa en nuestro coro.
4105 vive feliz junto a una bellísima chica portuguesa, un bellísimo husky jadeante, una bellísima gata loca y un bellísimo Salón del Reino propiedad de los testigos de Jehová. Colecciona galletas de Ikea, con las que nos agasaja en los múltiples guateques que organiza en su residencia habitual. Porque 4105 no para de organizar fiestas. A veces con lusitanas beodas, otras sin ellas, el caso es que a base de cócteles y fiestukis ha conseguido que su residencia habitual sea casi más habitual para nosotros que para él. Gracias a sus oportos, a sus juegos de mesa y a su Playstation 2 consigue mantenernos despiertos hasta altísimas horas de la madrugada, aunque 4106 suele objetar en subconsciencia al respecto.
4105, no contento con todo lo anterior, sabe tocar la música de la inmunidad del Supermario con un corneto renacentista que adquirió hace unos años, con erótico resultado. 4105 es anárquico, contesta que sí a cualquier cosa y lo más curioso es que no miente nunca. Su franqueza llega hasta límites inusuales, y va de frente incluso por autovías que no han existido jamás.
4105 es muy, muy especial. Se podría decir que, en cierto, sutil y metafórico modo, ha masturbado nuestros corazones.
4 comentarios:
Creo que estás poniendo el listón muy muy alto con tus semblanzas y todavía te quedan 5 :-o
¿Es desconfianza o temor lo que desprende tu comentario?
Es afán de ver como te superas.
Muy bueno, tipo, muy bueno. Especialmente ese guiño homeriano, con erótico resultado.
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