jueves, 21 de junio de 2007

Atraco

No le obedecimos, pese a que empuñaba un arma y nos amenazaba a gritos con matarnos si no le entregábamos el dinero. Cuando salió del local, perplejo y abatido ante nuestras miradas suplicantes, la decepción se nos hizo tediosa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Mueeerte! ¡Mueeerte! ¡Mueeerte!

Ángel dijo...

MUERTE: (corre hacia la puerta con el pelo mojado y en albornoz) ¡me he quedado dormida y estaba duchándome! ¡salgo ya mismo! ¡madre mía...! ¿a qué hora era la fiesta?

Antonio Rentero dijo...

Esto es como los que gritaban "NO PASARÁN"... y ya en voz más baja y siendo más realistas, conformistas... "y si pasan no les haremos caso".