Anoche, a eso de la una y media, un mandarín me azotaba en el trasero mientras un señor entrajetado se encargaba de susurrarme al oído fragmentos de una conferencia con un pequeño embudo.
Ya me ha contado mi padre que las hordas se peleaban por recibir esos preciados azotes, pero dime ¿como fueron?¿secos cariñosos?¿te los esperabas mejores o peores?. Ah y dime tambien que parte te narro a ti al oido. Detalles por favor.
Los azotes no fueron tan cariñosos como yo hubiese deseado. En cualquier caso, se vio realizada uno de mis ochocientos tres deseos: ser azotado por un mandarín oyendo una conferencia y viceversa.
Taun, tu padre me decía algo de "cuando se produce la negación del...", y más tarde algo sobre San Juan de la Cruz.
El mayor descubrimiento de la fiesta fue, sin duda, la compulsión masoquista de Ángel. Yo siempre había tenido la intución de que le iba la marcha, pero al verlo encaramado sobre el chino, con el culo en pompa, supe por fin que Ángel había nacido para eso. Yo, sin embargo, me quedé al margen y me deleité cerciorándome de mis convicciones: estamos necesitados de azotes. Y lo peor de eso es que lo sabemos.
Almirante, si buscas al señor del embudo en mi blog tengo una foto de el de perfil como el rey cuando aparece su jeta en las monedas. Creo que la entrada se llama "Fernando Castro".
Cuento con pruebas gráficas que lo atestiguan y que algún día publicaré en la red para mofa, befa e incluso escarnio de los blogueros... pero no tengáis mucha prisa en verlo, que antes tengo que eliminar por ordenador de las imágenes mi presencia en el evento y en el reparto de azotes, cual comisario político depurando fotos soviéticas, cual hueste granhermaniana, cual hemeroteca de la SER, acomodaré la realidad a mis deseos... que ya decía el insigne William Randolph Hearst "no dejes que la realidad te estropée un buen titular"... o igual lo que dijo fue "Usted redacte el titular que de la guerra me encargo yo"... no sé, no me acuerdo, yo no estaba.
13 comentarios:
Ya me ha contado mi padre que las hordas se peleaban por recibir esos preciados azotes, pero dime ¿como fueron?¿secos cariñosos?¿te los esperabas mejores o peores?.
Ah y dime tambien que parte te narro a ti al oido. Detalles por favor.
Como testigo ocular he de decir que de ninguna manera los azotes fueran suficientes en número ni en empeño.
Los azotes no fueron tan cariñosos como yo hubiese deseado. En cualquier caso, se vio realizada uno de mis ochocientos tres deseos: ser azotado por un mandarín oyendo una conferencia y viceversa.
Taun, tu padre me decía algo de "cuando se produce la negación del...", y más tarde algo sobre San Juan de la Cruz.
Fue único.
Añado: Ginger ni siquiera se atrevió a recibir lo que se merecía por derecho propio.
Cobardica.
Llámame anticuada, pero hay ciertas cosas que prefiero reservar para la intimidad...
Entre ellas mi nombre... ja ja ja
El mayor descubrimiento de la fiesta fue, sin duda, la compulsión masoquista de Ángel. Yo siempre había tenido la intución de que le iba la marcha, pero al verlo encaramado sobre el chino, con el culo en pompa, supe por fin que Ángel había nacido para eso.
Yo, sin embargo, me quedé al margen y me deleité cerciorándome de mis convicciones: estamos necesitados de azotes. Y lo peor de eso es que lo sabemos.
Creo que la extraña sensación que experimenté provino más del contexto y emisor de los azotes que del hecho, obvio, de que los necesito.
y esa foto con 28 años?? no sera el señor del embudo -.-
Don Eduardo Dato. Peeero... quizá haya cambios en breve.
Almirante, si buscas al señor del embudo en mi blog tengo una foto de el de perfil como el rey cuando aparece su jeta en las monedas. Creo que la entrada se llama "Fernando Castro".
En concreto, éste es el señor que susurraba fragmentos de conferencias a oídos ajenos.
Visita el blog de Taun, que merece la pena.
Cuento con pruebas gráficas que lo atestiguan y que algún día publicaré en la red para mofa, befa e incluso escarnio de los blogueros... pero no tengáis mucha prisa en verlo, que antes tengo que eliminar por ordenador de las imágenes mi presencia en el evento y en el reparto de azotes, cual comisario político depurando fotos soviéticas, cual hueste granhermaniana, cual hemeroteca de la SER, acomodaré la realidad a mis deseos... que ya decía el insigne William Randolph Hearst "no dejes que la realidad te estropée un buen titular"... o igual lo que dijo fue "Usted redacte el titular que de la guerra me encargo yo"... no sé, no me acuerdo, yo no estaba.
Publicar un comentario