Hay mucha gente que, bien por aburrimiento, bien por desidia, bien por toda la orilla, no saben quién fue José Luis Coll. A Coll lo inventaron tres años después de su nacimiento, durante el breve reinado de Luis XIV, 2º izquierda, también conocido como el Rey Sol, también conocido como Arístides Rinaldini, el que fuera Nuncio de Su Santidad. Por eso era Nuncio, porque estaba fuera, o fuese. Y porque como todos sabéis, está prohibido pegar a Nuncios.
Todo esto está relacionado entre sí y no. Como las Meninas de Velázquez, obra de don Miguel de Cervantes, autor de "Don Álvaro o la fuerza del sino", una de dos. Si no recuerdo mal, en el año 1894 viajé a la librería con la suprascripta intención de comprar las obras completas de Coll, pero no me las pude llevar precisamente por eso, porque estaban completas.
Ya que se ha mencionado el tema, los resturantes de antes sí que eran restaurantes, no como los de ahora. Antes ibas a un resturante y por tres pesetas salías que no podías más. De hambre. En los restaurantes de entonces te servían hasta agua. Pero agua de oro, de oro macizo. Te ponías morado, y no contentos con eso, si dejabas poca propina, te ponían verde. Pero verde oro, de oro macizo.
Y hablando de tiempos, anteayer martes por la noche, al despuntar el alba, o la casulla (de ella), se me ocurrió darle un homenaje a José Luis Coll, pero se tenía que morir según ordena la legislación vigente en los siglo doce y dieciocho, respectivamente. Otra vez será. Pensaré en algo de lo que poder hablar la semana que viene.
5 comentarios:
Tremendo, Ángel, eres un crack, jejeje.
Realmente lo eres, estoy totalmente de acuerdo con francis. Tu juego semántico y de palabras cruzadas es lo que mas admiro de ti depués de la fotocopia de las Rimas de Béquer, claro.
Pico de oro tienes. En alguna ocasión me has comentado la (sana) envidia que te dábamos mi hermano y yo por ver la vida de un modo "artístico" (o algo así...). No tienes ni la más remota idea de la sensación que me produces al comprobar -una y otra vez- la facilidad de palabra y expresión narrativa con la que te expresas. Envidiable. ;D
Sigo siendo acólito de TIP... Santo Varón.
En tal caso, si en vez de usar tu nombre hubieras optado por el anonimato, ahora mismo serías un acólito anónimo.
Publicar un comentario