viernes, 17 de febrero de 2012

Volver a empezar

Cada equis tiempo me apunto al gimnasio. Pasado otro tiempo, al que podemos llamar i griega sin temor a equivocarnos, dejo de ir. El tiempo i griega puede oscilar entre unos segundos y un año, que fue mi récord. En aquella ocasión se trataba de coger algo de volumen y llegar a una consistencia corporal tal que me permitiera ponerme un jersey y que no se me deslizara hasta los tobillos por ausencia de hombros. 

Recuerdo aquella época con la nostalgia que da evocar tiempos terribles de angustia, dolor, penuria y nalgas entumecidas. No obstante, hice progresos y pronto noté cambios, hasta el punto de ir por la calle y encontrarme con gente que no me reconocía, si bien es cierto que esto último me ocurría exclusivamente con gente a la que jamás me habían presentado.

Hace tres semanas decidí retomar la tarea de modelado de mi apolíneo físico, y me matriculé en un gimnasio cercano. De él, de su fauna y de su flora os hablaré en sucesivas entradas. Por lo pronto ya os digo que, en caso de que me invitéis a comer, tened siempre preparado un buen puñado de avena y un tarro de sustancia viscosa proteica. Así me las gasto ahora.

4 comentarios:

Salamandra dijo...

¡ah, los gimnasios" ¡qué gran filón bloggeril! Yo también tengo alguna entrada al respecto ...

Pues nada, que Vd. lo proteíne bien

Centro Picasso Vilnius dijo...

Los gimnasios son lo más y dan para muchos posts. Mejor los gimnasios femeninos rusos, pero creo que tú no los frecuentas. En cualquier caso, con que escribas algo, cualquier cosa, nos conformamos.

Anónimo dijo...

Los gimnasios son de esos sitios donde se pueden alcanzar grandes logros épicos a falta de lugares míticos de la antigua Grecia.

Aconsejo incrementar el tamaño y tonificación y forma de las nalgas, parece ser que las féminas se sienten atraídas por un buen par de pompas.

Me despido, las grandes cantidades de avena han hecho su efecto, de ser posible seguiré leyendo el blog en el móvil desde el sanitario. Lo saludo y felicito pro su apuesta a la salud don Ángel.

Summer dijo...

Pues yo te ví como siempre, salvo que no fueras tú....
Mi madre decía ese chico con barba que te dice que es él; ¿quien es? Y yo, bufff, si yo te contara madre...