Sólo os quería decir que esta mañana, de camino a casa, unas chicas simpatiquísimas acompañadas de un chico andrajoso aunque también simpatiquísimo me han preguntado en inglés por la Catedral. Como he notado que su acento presentaba ciertas peculiaridades y sus expresiones estaban teñidas de frecuentes giros idiomáticos, les he preguntado por su proveniencia y se han confesado más australianas que vosotros y yo juntos. Ante tal alarde de antipodismo no me ha quedado más remedio que acompañarlas en persona hasta el punto de destino y hablarles con encomiable grado de detalle acerca del Cardenal Belluga.
Diez segundos después y a diez metros de distancia del punto de despedida de las simpátiquísimas aborígenes, dos señoras ancianas, mas aún bellas, se han dirigido a mí para que les indicase la dirección de la calle San Lorenzo. Aturdido por la infrecuente yuxtaposición de los acontecimientos, les he indicado una dirección seguramente opuesta a la calle San Lorenzo, cuyo paradero desconocía entonces y con más razón desconozco ahora.
Hasta llegar a casa me he cruzado con otras dos personas solicitando información sobre paraderos ignotos a miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
No sé qué ocurre hoy, pero menudo argumento para una película de M. Night Shyamalan.
Diez segundos después y a diez metros de distancia del punto de despedida de las simpátiquísimas aborígenes, dos señoras ancianas, mas aún bellas, se han dirigido a mí para que les indicase la dirección de la calle San Lorenzo. Aturdido por la infrecuente yuxtaposición de los acontecimientos, les he indicado una dirección seguramente opuesta a la calle San Lorenzo, cuyo paradero desconocía entonces y con más razón desconozco ahora.
Hasta llegar a casa me he cruzado con otras dos personas solicitando información sobre paraderos ignotos a miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
No sé qué ocurre hoy, pero menudo argumento para una película de M. Night Shyamalan.
12 comentarios:
turistas australianos en Murcia? qué exotismo...
Me parece estupendo que haya Australianos/as en Murcia. Pero me disgusta que esta entrada tenga cuatro párrafos y no tres.
Con menos el Shyamalan se montó "La joven del agua".
Nils, desde que Murcia entró en la Comunidad Económica Europea ya nos dejan tener australianos.
Javier, mejor, porque así sus sensaciones se confrontan y quedan compensadas, de tal modo que no causo en su ánimo más alteración que la indispensable.
Athena, con menos que nada, literalmente.
Si las australianas y tú mismo hubiesen empezado a caminar de espaldas seguro que Shyamalan hacía la película de tu exraño día. A mí me a pasado algo parecido a lo tuyo, pero con murcianos.
Señoras que preguntan a Ángel por la calle San Lorenzo y acaban en la isla de Lost porque éste les da mal las indicaciones. Y un velocirraptor.
Igual no eran australianas. Las de la Puebla de Montalbán, engañan mucho con tal de ligar con un murciano. Se pone usted perfume, señor Ángel y le pasan estas cosas. Pero esas eran de la Puebla. Que son muy chistosas allí y se hacen pasar por australianas para ligar con murcianos. O de Consuegra, como mucho. La crisis nos tiene así a todos. Fingiendo ser australianos. Pero la próxima vez pida el DNI. Fíese de mí.
Deberías acudir a la sede del Ayuntamiento y solicitar un sueldo al Departamento de Turismo como Guía Amateur de los encantos de la Ciudad de Murcia.
Hace poco oí a un matrimonio con pinta muy inglesa (y perrito incluido) decir en frente de la comisaria de policia:
OH-MY-GOD, Where is the Cathedral????
Mientras miraban extrañados a todos lados.
Ante lo cual, muy amablemente, me giré (demostrando que mis clases de inglés no fueron dinero perdido) y les guié, a ellos y al perro.
Álvaro, comprenderás que no puedo creerlo. Ningún murciano en su sano juicio visitaría Argentina.
Chexpirit, cuánto tiempo, anda que llamas, menudo señorito, blablablá.
Alejandra, y mira que me dijeron que eran de la Puebla, pero yo, erre que erre con que eran australianas.
Ace, ¿y si me dijeran que no? No sé si podría encajar una negativa.
Dori, conociéndote, tratarías mucho mejor al perro.
Se lo merecía.
No pensé que pudieras dar cuenta de mi mentira. Es verdad, no eran murcianos; y es verdad, es improbable que un murciano en sus cabales visite Argentina. Por cierto, eran da la Puebla de Montalbán.
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