---
Y entonces, justo ahora, justo cuando me propongo escribir una entrada diaria en plan narrativo, descriptivo o neutro, me encuentro con que las imágenes que adornaban mi blog han desaparecido por completo. Llevo cuatro días buscándolas. He pegado carteles por toda la ciudad, e incluso ofrecido precio, recompensa o promesa a aquel que me pudiera orientar acerca de su paradero desconocido. Nada.
Al final, lo que veis. Una resolución severa, escueta y luterana: la vuelta a la plantilla prefabricada de toda la vida.
No lo veo mal, pero me resisto. Pagaré lo que haga falta y como haga falta a quien sepa aplicar su enorme talento en el campo del diseño pop al lenguaje HTML.
Obsta decir que cualquier referencia a pagos en este blog es meramente anecdótica y, por qué no decirlo, absolutamente falsa.
Vosotros lo habéis querido.
Y entonces, justo ahora, justo cuando me propongo escribir una entrada diaria en plan narrativo, descriptivo o neutro, me encuentro con que las imágenes que adornaban mi blog han desaparecido por completo. Llevo cuatro días buscándolas. He pegado carteles por toda la ciudad, e incluso ofrecido precio, recompensa o promesa a aquel que me pudiera orientar acerca de su paradero desconocido. Nada.
Al final, lo que veis. Una resolución severa, escueta y luterana: la vuelta a la plantilla prefabricada de toda la vida.
No lo veo mal, pero me resisto. Pagaré lo que haga falta y como haga falta a quien sepa aplicar su enorme talento en el campo del diseño pop al lenguaje HTML.
Obsta decir que cualquier referencia a pagos en este blog es meramente anecdótica y, por qué no decirlo, absolutamente falsa.
Vosotros lo habéis querido.