martes, 20 de enero de 2009

Entrada lamentable

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Hoy toca hablar de música. De esa música que os gusta a los jóvenes de hoy en día, dicharachera, chispeante, dinámica, marchosa: la polifonía Renacentista. ¿Por qué hoy? ¿Por qué no mañana, que es mucho más miércoles que hoy? Por una sencilla razón que conocéis de sobra.

Dejémonos de zarandajas. El hecho es que os tengo que confesar que me encanta la música triste. Del Renacimiento y del Barroco. Me gustan los requiems, oficios completos de difuntos, lamentaciones de Jeremías o deploraciones a la muerte de cualquier colega. Esto sería transportable a mi afición por los cuadros de Pereda o Valdés Leal, en pintura, o a los poemas elegíacos. Tengo cierta debilidad por la Muerte. Debilidad que algún día pagará los estudios a los hijos de cualquier psicoanalista que cobre barato.

Hace unos días me comunicaron que cuentan conmigo para montar un programa basado, precisamente, en ese tipo de música. Concretaré más cuando sea menester. Ahora estoy demasiado ocupado manteniendo vuestra atención en este post.

Os dejo con el Introito de uno de los requiems más tremendos que se han compuesto, el de Jean Richafort a la muerte de su amigo Josquin Desprez.


Requiem, Introitus - Paul Van Nevel, Huelgas Ensemble

13 comentarios:

Gesualdo dijo...

Lo de "los jóvenes de hoy en día" te ha quedado fenomenal.

Ya sabes que compartimos esa afición. Tengo hecho para el coche un CD en formato MP3, que contiene los requiem de Morales, Victoria, Guerrero, Esquivel de Barahona, Richafort y Mozart mas el Oficio de difuntos de Juan Vasquez y alguna cosa más, que es la alegría de la huerta. Desde que lo tengo, las luchas de mis amigos por subir en mi coche para que les ponga ese CD, no son inenarrables.

Nils dijo...

Me llama la atención que no se dejen de hacer programas y actividades con estas músicas que nadie oye, al final van a ser de las más oídas y todo. ¿Irán a Eurovisión?

Ángel dijo...

Gesualdo, y lo mejor de todo es que cuando más me gusta es cuando más bajo estoy de ánimo. Y no he oído el de Esquivel. Eso sí, que el que se monta en mi coche sabes que tiene que oír lo que llevo puesto.

Nils, me parece un poco osado y atrevidillo (homenaje a Mortadelo y Filemón, Seúl'88) decir que nadie las oye. En nuestro concierto de junio, coincidente con la final de la Eurocopa, llenamos hasta los topes una iglesia. Barroca, para más señas.

Gesualdo dijo...

Yo es que con Esquivel tengo afinidad local. El réquiem lo encontré un dia en emule y me lo bajé, es una grabación en directo de un concierto del coro de la Universidad de Badajoz, así que la calidad, tanto del sonido como de la interpretación, es "regulín", pero bueno como del autor sólo tenía por ahi dos o tres motetes como "testimonio" me vale, además como en Mp3 da casi lo mismo ocho que ochenta ahí lo tengo.

Paul Spleen dijo...

¿Qué ocurre en 2:11? ¿Es un fallo de interpretación? ¿Es un efecto buscado para darle dramatismo a la transición ésa? Ilústreme.

Ángel dijo...

Intentaré encontrar algo de Esquivel. Lo único que conozco de él es su nombre y una compañía de danza antigua que se llama igual y que de vez en cuando me manda publicidad.

Paul, esa disonancia en concreto me pone los pelos de punta cada vez que la oigo. Si natural contra do, un semitonico que causa estragos. Hay otra grabación por ahí (Chapelle du Roi) que no la hace. No sé cuál sería la intención del compositor, pero yo la prefiero disonante y desgarradora.

ace76 dijo...

Ahora entiendo que las películas de Bergman sean como uan fiesta para usted... ¿Ha visto algo de Dreyer?

Anónimo dijo...

Yo no sé si puedo opinar sobre música vocal mientras mi clavicordio y yo luchamos con el menuet de Bach que me tengo que saber para el mes pasado; pero por alguna extraña razón que también pagará los estudios de alguien a mí no me parece triste este fragmento.

En cuanto a lo que dices de que te gusta cuando estás bajo de ánimo, según los musicoterapeutas no es muy interesante crear demasiado contraste entre el estado anímico del oyente y la música que escuche, porque puede producir efectos contrarios.

Y dicho esto, estamos deseando que confieses más cosas.

Ángel dijo...

Ace76, las películas de Bergman no son como una fiesta. Dan miedo y desasosiegan. Y no, nada de Dreyer. ¿Debo empezar por "Juana de Arco"?

María, eso es por culpa del clavicordio, sin duda. Óyelo quince o dieciséis veces más. ¿Qué más quieres que confiese?

Luis dijo...

Tranquilo hombre, todos tenemos vicios inconfesables..no te sientas culpable!

Anónimo dijo...

Señor Ángel: Yo no oigo, escucho (soy una mujer, ¿qué esperabas?)

Qué más voy a querer que confieses. Pues entre otras cosas, eso que guardas en el bolsillo más escondido de la cartera. Y todo eso que no quieres confesar.

ace76 dijo...

Sí, y luego seguir con "La palabra". :-)

Puedes probar también con "Sonrisas de una noche de verano" para reconciliarte con Bergman.

Ángel dijo...

Luis, los míos son confesables e incluso confesos.

María, confieso que en el bolsillo más escondido de la cartera guardo gelocatil. ¿Ya?

Ace, a sus órdenes, señor cineasta.