lunes, 14 de enero de 2008

Porteros a mí...

---

Mi novia trabaja en un edificio, el cual tiene un portero, el cual es hombre de pocas palabras, las cuales suelen ser desagradables y enfurruñadas.

¿Qué os quiero transmitir con este prodigioso encadenamiento de oraciones subordinadas adjetivas o de relativo?

Pues que el otro día, como suele pasar, fui a recoger a mi mencionada novia al mencionado trabajo y, puesto que estábamos a 56 grados bajo cero, decidí resguardarme en la amplísima entrada del mencionado edificio, en la que incluso hay un sillón tan mullido como marronáceo.

El portero, al verme, me miró y, sin mediar palabra, me dijo que estaba prohibido esperar en la entrada, que eso no era ninguna sala de espera y que allí no se podía estar. A lo que yo, naturalmente, respondí en estilo directo:

- ¿Pero quién se cree usted que es? ¿Qué clase de atropello es este? ¿Acaso piensa que por tener una escoba en una mano, un recogedor en otra y una espátula en la otra puede dirigirse a mí en esos términos? ¿Quizá se cree superior sólo por el hecho de usar gafas que pasaron de moda en la época de Shirley Temple? Es usted un maleducado incapaz de compadecerse de un pobre y atractivo briboncete que pasa frío en la calle. Y esto, señor mío, no quedará impune. Me van a oír. Por lo pronto voy a pasar y si me quiere echar va llamando a la grúa, que de aquí no me muevo.

Así se lo dije, casi literalmente. Literalmente dije:

- Sí señor.

Yo creo que la idea quedó clarísima.

24 comentarios:

Ángel dijo...

¡Primer!

Bueno, quería decir que, en calidad de autor de esta entrada, desde el acontecimiento me dedico a adoptar la actitud de Max Cady en "El Cabo del Miedo". ¿Cuál?

Pues me quedo justo en la frontera entre la acera y la entrada del edificio, fuera de su jurisdicción y mirándolo muy fijamente con ojos de desafío.

vovdilan dijo...

No me puedo quitar de la cabeza a un portero "con una escoba en una mano, un recogedor en otra y una espátula en la otra".

En este mundo hay dos tipos de hombres: los que dicen las cosas casi literalmente y los que las dicen literalmente. Los segundos abrimos blogs.

Sólo digo una cosa dijo...

Me parece muy buena opción quedarse en ese límite, incluso hacer pequeños amagos de cruzar esa frontera y volver al lugar con cara de "eso se puede".

Nils dijo...

Odio a los porteros y mucho. No he conocido aún a ninguno que haga bien su trabajo. Desde el típico curioso que te pregunta a dónde vas incluso cuando está la puerta cerrada y es el vecino quien te abre (si me han abierto es porque soy recibido, si la puerta estuviera abierta y él controlando quien entra, se lo diría gustoso), al que pasa de todo y se escaquea todo lo que puede y es incapaz de recoger un paquete que te llega de Correos porque "tengo miedo a romperlo si fuera frágil".

Ángel dijo...

Ángel, tienes razón, y no sólo porque eres yo.

Vovdilan, sé bienvenido. Los primeros abrimos blogs llamados "está la cosa muy mala". Y somos legión.

Sólo digo una cosa, si hiciera eso que tú dices le daría un pretexto perfecto para demandarme por desobediencia civil y delito de calumnias contra la Corona. Si me quedo en el límite es para picarlo desde la legalidad.

Nils, también hay porteros buenos. Yo me he cruzado con unos cuantos. Casi todos tienen ese toquecito cotilla, pero me pongo en su lugar y no sé si podría evitarlo.

helen dijo...

Por lo que he leido y soy exactamente igual que tu!!
Pienso parrafadas enormes con las que pongo a cada uno en su lugar para luego soltar un tímido "como quieras.."
Como ha dicho "vovdilan" supongo que por eso me he abierto un blog..

Un saludo

Ángel dijo...

Bueno, Freeda, a mí eso me pasaba sobre todo de pequeño cuando me atracaban. Primero les daba todo el dinero, los relojes y las joyas, y luego me tiraba ocho o nueve días asesinando de diversos modos y maneras al presunto atracador.

Qué tiempos...

Anónimo dijo...

Soy un tipo pacífico..pero creo que con alguien como este jambo hubiera tenido una conversación "de persona a repugnante" de bastante interés...y desde luego, no me hubiera ido.

slacker dijo...

¡jajajajaja!
muy buena historia

Franciscus Alonsus dijo...

Pues también podrías pasar al ataque y adoptar la pose del clon de Bart cuando pasa por delante de su casa deslizándose en monopatín y mirándole con ojos entornados y gesto agresivo por los ventanales del salón tan típicos en las casas de la zona de Springfield... o no. (¡Los Reyes me trajeron la tercera temporada de los Simpson, edición coleccionista!

Centro Picasso Vilnius dijo...

Haces muy bien en mirarle fijamente. Un día la presión psicológica podrá con él y se ahorcará, y tú podrás entrar al edificio a esperar a tu novia. Por de pronto estoy casi segura que tu mirada le quita el sueño después de comer, así que sigue así ;)

Ángel dijo...

Luis, no sé no sé. No has visto sus gafas...

Slacker, y las que me quedan...

Francis, también podría, pero no hay enrejado y, probablemente acabaría con todas mis piernas rotas.

Superflicka, jo, pero yo no quiero que se ahorque... Me bastaría con que se ahorcara, no sé...

Cvalda dijo...

Jajajajajaja...¡ma' encantao!

vovdilan dijo...

Para mí la postura de Ángel es perfecta: piensa una cosa, dice otra y luego lo cuenta en el blog. Académico total.

Anónimo dijo...

El Zurdo del Averno digievoluciona a El Vengador de los Cubos de Basura. Asaltaré al susodicho, botella de vodka en la siniestra y sable en la otra más siniestra, haciendo que rinda cuentas por su osadía. O nó. Bueno, no sé. El caso es que digievoluciona.

Josef dijo...

Claro Ángel, un buen duelista como tú siempre tiene que llevar un guante en el bolsillo para poder desafiar a duelo a cualquier gañán que ose molestarte.

Stepario dijo...

Cogiendo lo que dice Vovdilan... ¿esas situaciones te las buscas sólo para contarlas en al blog?

Creo que, un poco como Luis Dominguín después de acostarse con Ava Gardner, en cuanto te pasó viniste corriendo aquí, a contarlo, olvidándote de Ginger y todo.

Qué esclavitud. Voy a ver si me pasa algo antes de llegar a mi casa, porque no tengo de qué hablar...

Gaby dijo...

¡¡Por supuesto!!!, le quedo super claro. ;P

Ángel dijo...

Cvalda, pues... ¡gracias!

Vovdilan, pues... ¡gracias!

Prestidigievolucion, pues... ¡gracias!

José Ángel, "pues... ¡gracias!" es una frase que no tendría sentido como respuesta a tu comentario.

Stepario, todo ocurre. Nada no ocurre, por tanto.

Gaby, ¿verdad que sí? ¡obvio!

Tamaruca dijo...

Eso es amor verdadero.

Ahora no estoy segurar de querer que me ocurra...

Patricia dijo...

eso siempre me pasa a mi... mi bestia parda me ladra por dentro pero mi puta boca ladra otras palabras... ainss ainss jajajaja

Salud!

Anónimo dijo...

si claro, si tu lo dices! seguro que le pusiste una mirada de esas asesinas...jajaja, bueno a la proxima no seas tan duro...que seguro que tb tiene su corazoncito, vale?
besos!

Bito dijo...

Pues la próxima vez hágale una pregunta de mi parte o que se la haga su dama: ¿por qué narices tienen un atractivo y cómodo sillón en un lugar que es de paso?. Digo.

Antonio Rentero dijo...

Hombre, un portero armado (y con tres brazos!!!) siempre impone respeto... pero espero que como jurista sea usted algo más combativo en la defensa de los intereses de sus clientes, pq si no casi que le imagino, querido Angel, en un típico juicio de peli americana que en lugar de ponerse en pie airado y protestar una pregunta del Fiscal se incorporaría levemente de su silla y ante la mirada inquisitiva de Su Señoría soltaría un leve murmullo "esto... nada, nada".