sábado, 29 de diciembre de 2007

Yo, Mime, conmigo

Después del concierto de esta noche en San Javier, el último de la temporada hasta más ver y menos oír, nos hemos ido a cenar a un exquisito tugurio donde se servía solomillo de ternera relleno de foie cubierto de vegetales de diferentes masas mínimas autorizadas.

La cuestión es que, como pasa últimamente desde hace unos quince años, en un momento dado ha surgido el tema de conversación que todos estábamos esperando: las series de dibujos animados de nuestras infancias.

No sé si os pasa a vosotros o soy yo sólo que sufro ataques repentinos de nostalgia efervescente, pero cualquier reunión que mantenga con mis amigos generacionales, por diverso que sea su fin último, acaba con todos tralareando las sintonías de nuestras series, desde Comando G hacia adelante. Los más viejos del lugar incluso nos atrevemos con Candy Candy, pero un poco sólo.

El caso es que hoy hemos sido monotemáticos. Media hora dedicada sola y exclusivamente a los Caballeros del Zodíaco. Entre otras cosas, creo que ha podido influir el hecho de que fueran los únicos dibujos animados con doscientas ocho melodías diferentes, según el estado anímico de Seiya y sus amigos o las coyunturas belicosas en que se vieran envueltos.

Y de repente, cuando menos nos lo esperábamos, cuando ya casi no quedaban tonadillas zodiacales, nos hemos quedado atascados con el Requiem de Mime. Era Mime un Caballero del Reino de Asgard que, pese a no albergar maldad, repartía canela fina al bueno de Andrómedez, por mucho que éste tirase de la cadena. Ni siquiera mi gran amigo Andrés, capaz de emular cualquier sonido por extraño que parezca, recordaba del famoso Requiem.

Al llegar a casa, haciendo un poco de tiempo para que la ingente ingesta bajara del cardias, he encontrado en YouTube el famoso Requiem interpretado por guitarristas en número indefinido, la mayoría de ellos tan diestros con la webcam como siniestros con la guitarra.

Esta entrada carece por completo de interés, pero al menos ahora, como antes, puedo dormir tranquilo.

martes, 25 de diciembre de 2007

Robo a mano armada

A una mano armada le han robado en el día de ayer, si no pasa nada, una cartera, dos anillos, un reloj y otro anillo, valorado todo ello en, aproximadamente, doscientos treinta y cuatro euros con ochenta y siete céntimos o centavos de final.

Se trata, no obstante, de una mujer remozada que atiende al nombre de don Eusebio, soltera y sin compromiso, madre de tres espeleólogos que visten camisa de tonalidades negras o corcheas, acuden sin cita previa y se atienen a las consecuencias.

Asimismo, un grupúsculo de prestigiosos científicos no han demostrado nada en absoluto, para asombro de la comunidad económica europea y de setecientos millones de personas más que prefieren ver los toros desde la barrera o barrese.

Última hora: las 13:51h.

En cambio, no se admiten devoluciones en Francia, salvo la devolución francesa.

A todos los que vieren y entendieren, aunque no lo hagan, presten su declaración de amor dentro del plazo reglamentario.

Esto sólamente tendrá validez a partir del 15 de mayo de 1748 del presente año.

Hasta mañana.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Causas navideñas


- Porque esta noche es Nochebuena y mañana Navidad...
- Porque a mí me gusta...
- Porque en la ola de consumismo también se hace pie...
- Porque he encontrado esa foto del verdadero Nacimiento de Salzillo...
- Porque mi ciclotimia no conoce de tiempos litúrgicos y la melancolía no sólo es ni tiene por qué ser navideña...
- Porque nace el Niño Jesús y vienen los Reyes Magos...

... Os deseo, de corazón, una feliz Navidad.

El próspero año nuevo lo dejamos, si os parece, para el día 31, que no es cosa de adelantar acontecimientos.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Dos al negro, rien ne va plus

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¿Recordáis el post del año pasado sobre el torneo navideño de esgrima? Supongo que sí. Fue el que más fama trajo y sigue trayendo a mi blog. Aún hoy la gente se topa conmigo escribiendo en google "dolor de ingle". Es probable incluso que alguno de vosotros me haya cogido cariño gracias a una ingle maltrecha.

Pues este año se ha repetido y comparto con vosotros que estoy más satifecho y menos dolorido que el año pasado. Mis fibras, incluidas las sensibles, están casi intactas, y además he pasado a cuartos de final. Chema, mi primer maestro, buen amigo y mejor hideputa, me ha dejado en paños menores. Si le hubiera ganado, ahora mismo estaría creando el dominio porfinunamedalla punto com.

La final se ha disputado entre mis dos maestros, Chema y Pedro, también llamado Merencio porque es su primer apellido. Es más cubano que las amapolas y fue segundo del mundo en los ochenta, mientras yo triunfaba a las canicas en el patio de mi colegio. Dicho sea de paso, le he metido dos tocados estupendos en un asalto que nadie ha grabado (ver ingeniosísimo título del post).

Al principio del vídeo de la final se pueden apreciar nítidamente las nalgas de Ismael, casi más que cualquier otra cosa. A partir del minuto tres y pico se soluciona el problema, si es que los glúteos del Presidente de la Federación Murciana de Esgrima se consideran como tal.



Os prometo que no habrá más entradas sobre esgrima hasta, por lo menos, dos horas.

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jueves, 20 de diciembre de 2007

Futuro imperfecto

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- Mañana a las 20.30h, concierto en el Archivo Regional. Que venga quien quiera, no creo que falten notas.

- Sábado a las 8.30h, torneo navideño de esgrima. Sí, 8.30 am. Antes del meridiano (a.k.a. antes de morir).

- Sábado por la tarde, tumbarme en el sofá hasta que mis células se hibriden con las suyas.

- Domingo a las 12:30h, concierto en Ulea, provincia de Murcia.

- Domingo a las 18h, concierto en Fortuna, otra provincia de Murcia, distante y distinta.

- Lunes, viaje de ida y vuelta a Almería.

- Lunes por la noche, Nochebuena y muerte por agotamiento e hidrocución, sobre todo.

Se admiten comentarios compasivos, asertivos, interrogativos, admirativos y de libre configuración. Permitir más sería abusar.

El que abusa no es traidor.

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martes, 18 de diciembre de 2007

Post gastronómico

Ya sé que intuís que ocurrió algo inesperado hace unas semanas y que ocultáis vuestra indignación porque no os lo haya contado aún. Disculpas postergadas. No retrasemos más lo inevitable.

Imaginad la siguiente situación: son las tres menos cuarto de la tarde, os estáis comiendo un entrecot que habéis elaborado con vuestros propios fogones y cuyo tamaño y grosor bastaría para rellenar tres de los cuatro estómagos de cualquier vaca adulta y carnívora. Para evitar la soledad del entrecot, le habéis añadido una guarnición abundante de patatas a lo pobre de fabricación casera. Y lo estáis engullendo de la única forma en que se puede engullir semejante manjar, esto es, con una fruición que incluso impide que el bolo alimenticio llegue a ultimarse.

Imaginad ahora que, a medio comer, os dicen que ha quedado un hueco libre en el curso de cocina japonesa que tendrá lugar en el Centro de Cualificación Turística una hora y media más tarde, y que si os apetece ir. Imaginad que, quizá llevados por vuestro amor a lo desconocido, quizá por vuestra incapacidad para decir que no a casi nada, aceptáis.

Ahora intentad vislumbraros, a las cuatro y media de la tarde, con el tercer bocado del entrecot a la altura del esófago medio, ante un señor que prepara dashi, una sopa cuyo fundamento es el katsuobushi, que viene a ser bonito desecado, laminado, desmenuzado y avieso. Utilizad vuestra imaginación y contemplaros delante de ese señor, sin escatimar, os lo ruego, en sensaciones olfativas.

Al dashi siguió el sukiyaki, al sukiyaki la tempura (minutos occidentales de cierto alivio), a la tempura el okonomiyaki (llamada también la pizza japonesa, cubierta de abundante ketchup y mayonesa). Os recuerdo un par de cosas por si acaso: las sensaciones olfativas (todo a vuestro alrededor hierve y burbujea) y el entrecot, que a estas alturas atraviesa el cardias no sin ímprobo esfuerzo.

Finalmente, muy al final, llegaron el sashimi y el sushi en sus diversas modalidades, que es lo que más me hubiera gustado ver. Fue una pena no poder disfrutarlo bien, porque cada cuatro o cinco minutos mi aparato digestivo me mandaba mensajes de texto al bulbo raquídeo para que saliera unos minutos de la sala a respirar oxígeno desprovisto de partículas tan orientales como nocivas.

Recuerdo que en un momento dado pregunté si iba a cocinar algún tipo de postre dulce y desintoxicante, pero el chef respondió que no, porque en japón los hombres no toman postre. Ardid fallido.

Lo más gracioso de todo es que a mi alrededor, a la misma hora que yo, los demás asistentes del curso se abalanzaban sobre los platos japoneses como si no hubieran visto un entrecot con patatas en sus vidas.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Todo lo que usted nunca quiso saber sobre la esgrima*


*pero no dudaba en preguntar constantemente.

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A continuación, destruiré varios de los mitos y leyendas negras del único deporte que he practicado, practico y practicaré. Para tal labor, he tomado como muestras las preguntas y comentarios más frecuentes que me hacen los siervos de la gleba cuando descubren mi afición:

1. Vosotros a la espada la llamáis florete, ¿no?

No señorita. En esgrima hay tres categorías: espada, florete y sable, cada cual con sus diferencias. Yo practico espada, que es la más chula de todas por muchas razones que no os interesan aunque podáis pensar lo contrario.

2. ¿Cómo es que llevas tantos cardenales si os ponéis por encima la protección?

Mi jersey gris Adolfo Domínguez me protege más de los golpes que la chaquetilla de esgrima. La chaquetilla amortigua el golpe, pero no es una coraza de acero con +10 a la magia como todos hemos pensado alguna vez. Normalmente son 800 newtons de fuerza, una especie de tela de araña. Venden también unas coracillas interiores, pero tienen la pega de que ésas sí que suponen un -5 a la agilidad. El resultado de un asalto es siempre el mismo: acabas con estética guepardo, lleno de manchas que empiezan siendo rojas, después pasan a moradas y acaban en amarillas.

Como curiosidad, las chicas sí que llevan dos cazoletas, una sobre cada mamella.

3. Si vais enchufados a la corriente... ¿eso significa que os da la electricidad cuando os tocáis?

No, aunque molaría muchísimo disponer de dos rayos reglamentarios por asalto para situaciones desesperadas. El cable (llamado pasante) sólo sirve para que el marcador se encienda cuando la punta de la espada toque al oponente. No quitan movilidad ni te tiran para atrás cuando saltas, con efecto Matrix.

4. ¿Es un deporte muy caro?

Depende. Para empezar, suele estar subvencionado, y eso lo abarata bastante. Además, la mayoría de salas de armas prestan el equipamiento casi completo. Eso sí, si le coges el gustico y te empiezas a comprar tus propios ropajes para atrezarlos y ponerles calaveras y banderas de España te puedes dejar un pastón.

Otra curiosidad: existen dos tipos de Adidas para la esgrima, con nombres tan significativos como "En garde" (las más baratas) y "D'Artagnan" (las otras).

5. ¿Valen zurdos?

Por desgracia para los diestros, sí. Los zurdos deberían de estar prohibidos por ley. Tendrían que trabajar para los diestros.

6. Eso es un deporte para caballeros, para gente educadísima de modales rayanos en el amaneramiento, ¿verdad que sí?

No. Es un deporte de mangurrianes, garrapanes y demás canallería. Los soldados que sirvieron en los Tercios de Flandes eran un grupo de bordadoras y modistillas comparados con la mayoría de mis compañeros de sala de armas.

7. ¿La esgrima es "lo de los caballos"?

No, eso es la crin.

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Y hasta aquí las que se me ocurren. Para más información, diríjanse a la sección comentarios.

Gracias.

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sábado, 15 de diciembre de 2007

Mis buenas acciones conscientes del día

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- Ultimar detalles de mi agonizante tesis doctoral.

- Ver "Mi tío".

- Tomar un aperitivo rico en mayonesa con el Regente de Ficciones.

- Comer en casa de mi novia y agasajarla con piropos y requiebros.

- Esgrimir una espada como único argumento durante dos horas y sobrevivir para contarlo, con cierto resquemor inguinal.

- Ensayar durante otras dos horas y sobrevivir para contarlo, con cierto resquemor otorrinolaríngeo.

- Cenar con un grupo de amigos en un chino, con cierto resquemor estomacal.

- Hacerme un twitter, para no tener que repetir entradas como ésta.

Eso ha sido mi hoy, verbo arriba, verbo abajo. Cada una de esas actividades verídicas y accesibles con la sola luz de la razón daría para una entrada, pero me siento envaguecer.

En compensación, os dejo un trocito del ensayo de hoy, un villancico anónimo del siglo XVI para voces graves (gravísimas) denominado "Pues a Dios humano vemos". Una obrita dulce y melodiosa, pese a nuestra interpretación de estibadores finlandeses:

jueves, 13 de diciembre de 2007

Con todos ustedes...

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En principio sólo me habían hablado de coordinar una muestra de villancicos infantiles. Me lo pidió un buen amigo, se me antojó una buena acción y además me pagaban una buena cantidad de euros suficiente para satisfacer mi ánimo de lucro. Accedí sin contemplaciones, dispuesto a coordinar a quien se me pusiera por delante.

Ayer todo fue bien. Hubo algún problemilla de sonido, pero nada que no fuera subsanable con el buen hacer y el gracejo de Bea, la presentadora del certamen y anfitriona de un programa de la SER local, que hilaba unos coros con otros con una lozanía y una frescura estupendas.

Hoy, sede temporal de la segunda y última jornada, he recibido un mensaje a media hora del comienzo. Que Bea está mala. A las cuatro y media, después de una siesta tan abisal como necesaria y con una consecuente empanada gallega mental en suplencia de mi masa encefálica, me han pedido que presente el certamen.

En vez de hilar, he desbrozado de un plumazo la trama que se fue forjando ayer. Cuando subía al púlpito, trémulo y lipotímico, me sentía acosado por hordas de papás y mamás con cámaras digitales apuntándome inmisericordes. No soy del todo consciente de lo que he balbucido. E incluso, gracias a Dios, casi he olvidado mi discursito tras la intervención de un colegio de integración para niños sordos.

Recuerdo, no obstante, las facciones de algunos padres que me oían con desasosiego. Sobre todo cuando, casi al final del evento, ante la mirada inocente y cándida de tiernos infantes de níveos oídos, he deyectado:

- ¡Jodd... lín?, qué bien que cantan todos estos niños. Je, je, je, argh.

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lunes, 10 de diciembre de 2007

Adultos con reservas

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Andaba yo el otro día merodeando por los puestecillos de la feria del libro, entre reediciones, vinilos y facsímiles, cuando di con el siguiente ejemplar de publicación bizarra, que fotografié al instante:


Esos peinados, esas caras, esos ropajes, ese fondo marronáceo, ese tipo de letra...

Si no fuera porque en amarillo se puede leer "¡sea usted el alma de la reunión!" y los testigos de Jehová niegan la existencia del alma, pensaría que a Despertar y Atalaya se le ha sumado una tercera publicación mensual sintomática de una posible tendencia aperturista en el núcleo duro de la confesión.

Cosas veredes.

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viernes, 7 de diciembre de 2007

Entre comillas

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Me mosquea el uso que muchos establecimientos abiertos al público hacen de las comillas. El otro día, sin ir más lejos, esto:


¿Qué clase de diabólico sucedáneo de la uva, higo o boniato usarán para la confección del dulce néctar?

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jueves, 6 de diciembre de 2007

Homenaje a Ionesco en negativo

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- Si se compusieran menos óperas, nadie podría perdonármelo.

- No os quejéis ahora que habéis dejado de crecer.

- Si no te portas bien volveré a tratarte como a un hijo.

- Enhorabuena, esta frase no está escrita en castellano.

- Es probable que no me entendáis, pero dejad de tocar esa armónica.

- Pese a todo, opino que Edgar Hoover nunca consideró la posibilidad de ser más alto que usted.

- Busco a alguien que no sea capaz de imitar todos mis movimientos.

- Las oraciones copulativas no son así.

- Nunca me acuerdo de volver a ser magistrado.

- En Madrid nadie vive en otro sitio.

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lunes, 3 de diciembre de 2007

Un sábado en el Monte Pelado

"El campo me saca de quicio,
está lleno de grillos y es silencioso y oscuro,
no hay donde pasear por la noche
y me repungnan las telas metálicas en las ventanas llenas de bichitos.
Además puede aparecer la familia Manson y descuartizarte"
(Alvy Singer)

Quienes me conocen bien, medio bien o mal, saben que huyo del monte y sus alrededores. Cuando se acerca, husmeando, suelo refugiarme dentro de salas de cine o de grandes almacenes bien céntricos.

No obstante, este sábado la montaña vino a mí. Era una comida entre amigos, en plena sierra granadina. Durante la ida perdí la cuenta en la curva trescientas ocho y a la vuelta, con los cuatro estómagos rebosantes de nutrientes, me centré en acordonar mi aparato digestivo, por si los desastres naturales. Había curvas por todas partes, era sensualísimo. Había curvas a la derecha, curvas a la izquierda y curvas dentro de otras curvas.

Además, de vuelta, uno de nosotros se empeñó en ver toros y sequoias. Eso requería unas cuantas curvas imprevistas, claro. Vistos los toros y las sequoias, quiso ver ciervos. Vistos los ciervos, jabalíes. Y vistos los jabalíes, muflones, que es un animal que no existe. O, al menos, no existió el sábado.

Ahora pienso en el mes pasado, cuando manifesté ante varios amigos mi deseo de hacer el Camino de Santiago. No es que lo descarte, pero preferiría hacerlo por autovía. Me ha dicho una voz interior que es igual de válido.