lunes, 10 de diciembre de 2007

Adultos con reservas

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Andaba yo el otro día merodeando por los puestecillos de la feria del libro, entre reediciones, vinilos y facsímiles, cuando di con el siguiente ejemplar de publicación bizarra, que fotografié al instante:


Esos peinados, esas caras, esos ropajes, ese fondo marronáceo, ese tipo de letra...

Si no fuera porque en amarillo se puede leer "¡sea usted el alma de la reunión!" y los testigos de Jehová niegan la existencia del alma, pensaría que a Despertar y Atalaya se le ha sumado una tercera publicación mensual sintomática de una posible tendencia aperturista en el núcleo duro de la confesión.

Cosas veredes.

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17 comentarios:

Nils dijo...

Parece el fotograma de un vídeo de Nuavas Generaciones. Por cierto, que los libros de atrás también tienen tela, como el de 'Cartas a mi hijo' del Conde, que ya le vale a la nobleza.

Mini Mostaza dijo...

Tu post de hoy me recuerda a una parte de una canción de Astrud:

"Y por probar te contaré uno de esos chistes malos, que vacían las habitaciones y acaban con las conversaciones"

Por la portada, tiene toda la pinta, no?

MuA

Nils dijo...

Por cierto, qué pulgar más sexy...

Ángel dijo...

Qué prejuiciosos.

Seguro que dentro hay un montón de chistes ingeniosísimos sobre cacas, culos, pedos y pises que harían sonrojarse a un modistillo.

Pako dijo...

Oh dios! He tenido un deja vu!

Suntzu dijo...

¡Qué bueno! Pues esos, precisamente, no tienen pinta de ser el alma de la fiesta...

Suntzu dijo...

Y gracias por el enlace a Lost.

Dr. Espinosa dijo...

Quizás los chistes vayan contra ese tipo de personas ¿no cree? porque a mí humor ácido ya se le han ocurrido unos cuantos simplemente mirándoles. Ahora eso no es nada con el mundo de los HOMBRES DE BIEN en el que caí hace unos meses, allí todos predicaban una moral de bondad tan excesiva que era insoportable. ¿Lo peor? que eran verdaderamente buenos, que no levantaban la voz, que juntaban las manos al andar, su educación era exquisita, sus modales refinados y su corazón asombrosamente generoso. Fue horrible, Don Ángel, jamás creí que la maldad fuese tan necesaria como cuando me vi la asuencia de ella. Cuídese.

Tamaruca dijo...

De pronto me ha venido a la mente el capítulo de "Verano azul" en que a Bea le venía el periodo, qué extraña asociación de ideas... o no tan extraña.

;-)

Nepomuk dijo...

La verdad es que tienen todos una cara de ser el alma de la fiesta...

vamos... que deben de hacer unos canapés para chuparse los pulgares...

Ángel dijo...

Pako, pues no sé a qué se puede deber. G-7. Recuerda.

Suntzu, esto... ¿qué enlace a Lost? El caso es que algo me suena, pero muuuuy remotamente.

Dr. Espinosa, cada vez tiendo a identificarle más con Italo Calvino. ¿Ha comprobado que no se trata de usted?

Tamaruca, qué atrevida eres. Ay, picarona... ji, ji, ji.

Nepomuk, hombre, así, sin especificar el tipo de fiesta... Yo creo que debe de existir algún tipo de fiesta susceptible de poseer como alma a esos especímenes.

Mocho dijo...

Buenassss.

Salto aquí desde nils' blog, pero es que música de Telemann y un libro de chistes verdes neocatecumenales no se pueden dejar pasar por alto.

Me intrigan los elementos que aparecen a la izquierda: ¿eran barajas de cartas, cajas de cerillas, minilibros facsímil?

Ángel dijo...

Bienvenido, Pasaelmocho. El caso es que no me fijé muy bien y no lo puedo decir con certeza, pero no descartes la posibilidad de que fueran microlibros con una selección de los chistes más picantes y atrevidillos.

Cvalda dijo...

O_o Dios mio, ese puesto de libros no tiene ningún desperdicio. Espero que comprases ese libro,a no ser que quieras seguir teniendo amigos, claro xD

El artista antes conocido como Bosco dijo...

¿Eso es la literatura Pulp que dice el Tarantino?.... porque tiene pinta de comic sobre abducciones extraterrestres.....

Stepario dijo...

A mí me recuerdan a "Amo a Laura", que es otro chiste picante a su manera, o sea, a la inversa.

Por cierto, creo detectar por aquí una cierta aversión a lo sospechoso de "bueno", que hace saltar como a algunos a los que les echan agua bendita...

Antonio Rentero dijo...

¿Y si el humor fuera una religión?