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La prueba más fehaciente de que la ramplonería tontucia de powerpoint reenviable no es invento del hombre postmoderno, solipsista y marrano del siglo XXI es la famosa frase platónica que aconseja no dejar crecer la hierba en el camino de la amistad.
Yo me imagino a Platón en una de esas tediosas tardes de domingo griego, después de haber merendado yogures con berenjenas, aburrido y mohíno ante la perspectiva del inminente lunes. Me lo imagino inquieto por la falta de inspiración para el título de su último diálogo, debatiéndose entre "El banquete" y "Que vienen los socialistas".
Y entonces, para distraer la opinión de sus incondicionales, que le esperan en la puerta con sus togas de tedioso domingo griego, se asoma por el balcón y les espeta: "no dejéis crecer la hierba en el camino de la amistad". La ovación es atronadora y Platón vuelve a su habitación a jugar a la Game Boy, convencido de que después del socrático "sólo sé que no sé nada" los griegos se conforman con cualquier cosa.
Todo esto para decir que hoy he pasado la noche con tres grandes amigos con los que no compartía conversación, mesa y sobremesa desde hacía unos cuatro años, y que la sensación común ha sido la de volver a habitar el espacio que nunca quedó vacío porque se trataba de nuestro espacio, de nosotros. Nos hemos habitado y hemos refutado a Platón por 15€.
Sinceramente, no lo veo caro.
25 comentarios:
Uno de mis mejores amigos vive y trabaja en Chicago y nos vemos apenas un par de días al año cuando viene a ver a sus padres en las típicas fechas tan señaladas (y supongo que a evitar que lo desherecen por hijo desnaturalizado). Nos intercambiamos apenas un par de mails al año. Pero cuando nos reencontramos dejando de lado el gran abrazo que nos damos al reencontrarnos y al despedirnos el resto es como siempre, como si la última vez que nos hubiéramos visto distara tan solo un par de días.
Hay amistades en cuyo camino la hierba jamás crece por más que quede este largo tiempo intransitado.
Además, nosotros siempre hemos sido más de carne que de hierba. Esa se la dejamos a las terneras, los bueyes y demás fauna para que estén bien ricos cuando nos los comemos.
Pero qué bueno es usted, mal hombre.
Renter, el injusto ciclo de la vida: nos comemos a los animales que mantienen vivas nuestras amistades a base de comerse las hierbas que las entorpecen.
Nicanica, todo lo que la legislación vigente me permite, buena mujer.
Injusto si eres ternera, buey o similar... y tampoco, que no dejan de alimentarse gracias a la hierba que dejamos crecer en los caminos de nuestra amistad... malditos aprovechados!!!
15 eurillos de nada? hay reencuentros que se merecen un poco más, no crees? (claro, ahora me dirás que para los ociosos sin remuneración todo es caro) comisteis filetes de buey de kobe?
No me parece bien el trato que le das al pobre Platón. Como diría Marinoff, más Platón y menos Prozac. Por cierto, ¿en los 15 euros entraba la hierba? Ahora me explico lo de los dinosaurios y las casas de colores.
Pako, si no te gusta Edi es culpa tuya, porque no le especificaste a Ángel la ortografía que querías.
Renter, los herbívoros tienen la culpa de que tengamos que seguir siendo amigos de todo el mundo, con el asco que nos provoca la gente.
Nils, "ociosos sin remuneración" es hasta ahora y con mucho el eufemismo más denigrante para los parados. ¡Exijo disculpa inmediata o llamaré a consultas a mi embajador en tu blog!
Edi, has descubierto el meollo del asunto, el secreto de toda amistad verdadera y forjada por el paso de los años en la fragua de la alegría y el dolor compartidos: la droga.
1. No se dice droga, se dice droja.
2. ¿Marinoff es algún tipo de vodka barato?
3. Ya me voy acostumbrando a Edi, es comercial y quieras o no, te acaba gustando, Eddie me gustaba más al principio porque el verlo escrito era más como de peli americana. Tampoco estaría mal Ed.
Por cierto, ¿no os vienen a la cabeza los clásicos rotuladores Edding al pronunciar ese nick?
Pako, sólo contestaré a la última pregunta, la que va dirigida a nosotros y no a Edi: sí, nos lo recuerda.
Pero alguien puede acreditar que conoce al que comenzó la cadena de una presentación powerpoint? Si es así, ¿sabe si ese sujeto lee a santo tomás? Yo apostaría...
Yo tengo un sistema que me marca todos los "pogüerpoinpoin" como indeseables y me los envía a una cámara de gas. Además, el sistema me permite automáticamente fichar la IP del individuo y reenvíarle de vuelta un virus maligno. Y, de paso, me pone una nota que dice: Elimine a este señor de sus amistades. Se ahorrará los 15 euros.
Así estoy. Que me he quedado sin amigos. Pero ahorro mucho para la hipoteca.
Platón era el Giovanni Rana de su tiempo. Estoy seguro de que salía al balconcillo vestido con sus zaragüeles de evzón y, sosteniendo un yiros en la mano, soltaba: «¡Con chachiki y queso feta!».
No se han vuelto a ver ovaciones así en Atenas…
Sólo digo una cosa, ¿lo dices por las vías?
Alejandra, necesito ahora mismo ese programa, sobre todo si se actualiza con un eliminador automático de amistades innecesarias.
Paul, ¿tú también estabas allí?
"En un platón de lentejas, comen todos a la vez, y jugando a la baraja, sale sota, caballo y rey..".
No se porque escribo esto.
Anteriormente, cometí varias faltas ortográficas.
He merendado nocilla.
Dr. Durden, no se preocupe. Se le ha entendido perfectamente.
Tienes un mensaje en mi blog.
Gracias, Stepario. No por el meme sino, efectivamente, por el comentario.
Cuando Platón ¿ya existían las semanas como las conocemos ahora? ¿con miércoles y todo?
Grecia es una maravilla, huele a albahaca, y los chicos siempre te invitan a retsina. Y el mar...
oh
el mar
no me extraña nada que haya pasado ahí.
lo único que no entiendo bien es lo de los lunes.
lo de lo lunes no hay nadie que lo entienda en realidad, pero disimulan muy bien.
Las referencias a Platón y a su frase sobre la amistad me las tomo como lo que son: pura provocación.
En especial ese adjetivo, "ramplón", tan delicadamente escogido..., lo sé bien, no es nada casual. Muy bien, heme aquí. Recojo el guante.
No sé si la ramplonería tontucia es exclusiva de estos comienzos del tercer milenio. Lo que sí parece tendencia acusada y deplorable de los pretendidos árbitros de la elegancia de las artes y de las costumbres, en estos tiempos nuestros, es denostar todo aquella verdad que no se muestre de forma sofisticada, entre palabras tan postmodernas y metrosexuales como "solipsista". Lo expresado de forma contenida y diáfana no es del agrado de estos gourmets de la retórica, más habituados a las sutilezas de juegos de palabras que nada quieren decir pero que permiten una sonrisa cómplice que parece subrayar el "me cachis que listo que me parió madre".
Lo cierto es que la frase de Platón recoge una dramática realidad de las relaciones humanas, que ha sido probada con toda solvencia en estos años de revolución tecnológica de las comunicaciones. Porque precisamente ahora que en dos puntos cualesquiera del planeta puede entablarse de forma razonablemente económica una comunicación directa e inmediata, descubrimos que aquello de "la distancia es el olvido" es completamente falso: el olvido, el verdadero olvido, el imputable al hombre y a sus limitaciones, no está causado por la distancia, sino por la desidia.
Ni las llamadas telefónicas, ni los mensajes sms, ni los correos electrónicos han podido luchar con la pura flaqueza del ánimo. Lo cierto en que en esta época de esplendor comunicativo resulta que los amigos siguen desdibujándose, el sonido de sus voces comienza a perder sus nítidos perfiles para enmohecerse en anécdotas cada vez más caricaturizadas, hasta que un buen día uno se descubre huérfano de quien en otro tiempo fue también pilar de su existencia: es la hierba que ha crecido, nada más.
Será eso: una ramplonería del amigo Platón. Pero a mí esa ramplonería me parece más digna de reflexión, por lo terrible, que la ingeniosa diatriba expuesta por el autor de la página. Nada ramplona, pero perfectamente olvidable.
Por un momento pensé que por fin te habías pasado a los psicotrópicos y otras sustancias psicoestimulantes, y la "hierba" por fin amenizaba tus sesiones vespertinas, al más puro estilo hippie, oyendo música de The Doors, The Who o Deep Purple.
¡Cuánto me hubiera gustado contemplar ese espectáculo psicodélico!
Nada, Angel, si es que te tenemos dich que salgas de la caverna y te dejes allí a Bin Laden... y tú ni caso con tus ramplonerías y luego pasa lo que pasa, que la gente te toma en serio y tal...
Nootka, entonces existían sólo algunos tipos concretos de semanas, como por ejemplo las semanitas de la caridad.
Atacayte, es el primer caso de comentario más extenso que el post. Y más desagradable. Y más desacertado. Y peor escrito. Y menos razonable. Y más ramplón. Y ahora, el guiño ;)
Juan, todo eso lo psicoguardo para cuando estoy con psicoti.
Renter, yo me quedo con el mito de la taberna.
Siempre he dicho que eras un gambitero, vamos, un hombre de las tabernas...
Oooooh, qué subyugante y magnética respuesta... no quepo en mí de asombro y admiración.
Habló el toro y dijo "mú".
Otro guiño ;-)
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