viernes, 13 de febrero de 2009

El abismo semántico

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En su última entrada, Nils me da una idea para mi última entrada. Habla el simpático reportero de las diferencias lingüísticas entre el español latino y el español castellano, frutalmente hablando. No es necesario ir tan lejos, replico presto, pues todo el mundo conoce las diferencias entre variantes de preparación de café a lo largo, ancho y profundo de la península, y cómo un cortado, un manchado o un bombón pueden causar confusión en función de dónde estemos.

Menos popular es el caso del blanco y negro, famoso refresco que se prepara en Murcia a base de granizado de café y una bola de helado de vainilla o nata on top, y que protagonizó no hace mucho una conmoción en la fuerza inspirada en hechos reales.

Corría el mes de agosto del año dos mil algo cuando un buen amigo, murciano, decidió empacar sus pertenencias para adentrarse en las inhóspitas tierras valencianas. Al llegar al punto de destino, acalorado bajo los ochenta y siete grados centígrados aproximados que distorsionaban su percepción y aplomaban su ánimo, decidió refrescarse en una cafetería degustando un gélido y reconfortante blanco y negro, y de tal modo lo pidió. Cuando el camarero apareció un buen rato después con un candente y reconfortante bocadillo de salchicha blanca y morcilla fritas, lo menos que pudo hacer fue dejarlo intacto en el plato.

Si os preparaseis bien antes de cada viaje, me evitaríais estas entradas.

14 comentarios:

Stepario dijo...

Que le den morcilla (dijo el camarero).

MLuisa dijo...

Si ese amigo es quien creo que es...pobrecillo, siempre le pasaba de todo...

Nils dijo...

jajajaa así que eso era lo del blanco y negro... qué cosas! pues me quedo con la murciana, la verdad.

Anónimo dijo...

Sólo ochenta y siete grados celsius? si por aquí tenemos eso los días más fresquitos de invierno...

Saludos!

Ángel dijo...

Stepario, ahí debería haber un guión de diálogo. Pero resulta igual de chispeante sin él.

MLuisa, no, es otro amigo inventado distinto.

Nils, ¿y quién no?

Tyrael, yo siempre hablo en Farenheit. Farenheit, provincia de Albacete, ya sabes.

Alejandra dijo...

Si le sirve de consuelo a su amigo, una servidora empaquetó sus pertenencias para irse a Damasco a vivir con veintidós añitos. La cosa es que llegó allí una, tiernecica, inocente y pidió un "cus-cús" en un restaurante conocidillo de la ciudad. Todo iba bien y aquello servía para prácticar mi árabe. De no ser porque en dialecto sirio, "cus" significa coño y porque la cosa "cuscusiana" les suena a chino en aquella latitud. Así que, con perdón, pedí dos coños y me quedé tan pancha.
(Hoy hay una placa en mi honor en la puerta del restaurante).

TortugaBoba dijo...

Qué horror tuvo que sentir tu amigo. Madre...
Beso ;)

TortugaBoba dijo...

Vamos, digo yo. ES que no me gustan las morcillas, y menos en verano.

Ángel dijo...

Alejandra, me quedo con la curiosidad de saber qué le sirvieron finalmente.

Tortugaboba, a mí sí me gustan las morcillas, pero fresquitas. Para combatir el calor, nada como un flash de morcilla de arroz.

ace76 dijo...

Hmmm, que fresquita y apetitosa la morcilla... jajaja

En Navarra creo que tendría que haber explicado a qué se refería.

TortugaBoba dijo...

Ajjjjjjjjjjjjjjjjjj

Alejandra dijo...

Le puedo dejar el teléfono de Abu Ali, dueño del chiringo. Él se lo explicará con todo lujo de detalles, señor Ángel. A mí me da pudor decirlo aquí.

Ángel dijo...

Ace, en Navarra, pidiéndolo terminado en -ico, te pueden servir cualquier cosa.

Tortugaboba, jjjjjjjjja.

Alejandra, mejor no. No conservan buen recuerdo de mí.

Antonio Rentero dijo...

Si con las cosas de comer y/o beber ya ha lugar a confusiones (e incluso a infusiones), no te digo ná con las cosas de las guarreridas españolas (o castellanas) cuando la lengua que se comparte no es la común.

No sé si esta última figura ha movido aún más a la confusión (o la infusión).