Voy a contar cosas que he hecho este fin de semana, como los blogueros decentes capaces de embellecer con sus prosas los acontecimientos triviales y cotidianos. A ver qué tal sale.
El sábado por la mañana acudí a la segunda sesión del GUM Murcia (Grupo de Usuarios Mac). Sigue siendo asombroso constatar cómo no me entero de nada de lo que me gustaría aprender, pero entiendo perfectamente aquello que ya sabía.
El sábado por la tarde fui al Foro Artístico a la sesión fotográfica de un amigo mío. Acabé posando con gafas de sol entre dos espejos tan gigantes como inestables y trémulos, con temor esperanzado de poder ser el primer modelo que desfila por Cibeles con vidrios incrustados.
El domingo por la mañana asistí a misa de once, que resultó estar destinada a los niños. Era entrañable ver a los críos tan formalicos. Luego pensé en lo que se convertirían a los trece años y quise exterminarlos, pero me detuvo un par de coadjutores contratados a tal efecto.
El domingo por la tarde di un concierto en el que Tomás Luis de Victoria y Francis Poulenc estrecharon lazos gracias a sus responsorios de tinieblas y a mis cuerdas vocales, entre otras. Éxito de crítica y público, aunque no recibí cestas de milhojas, como en otras ocasiones.
¿Qué tal ha ido?
El sábado por la mañana acudí a la segunda sesión del GUM Murcia (Grupo de Usuarios Mac). Sigue siendo asombroso constatar cómo no me entero de nada de lo que me gustaría aprender, pero entiendo perfectamente aquello que ya sabía.
El sábado por la tarde fui al Foro Artístico a la sesión fotográfica de un amigo mío. Acabé posando con gafas de sol entre dos espejos tan gigantes como inestables y trémulos, con temor esperanzado de poder ser el primer modelo que desfila por Cibeles con vidrios incrustados.
El domingo por la mañana asistí a misa de once, que resultó estar destinada a los niños. Era entrañable ver a los críos tan formalicos. Luego pensé en lo que se convertirían a los trece años y quise exterminarlos, pero me detuvo un par de coadjutores contratados a tal efecto.
El domingo por la tarde di un concierto en el que Tomás Luis de Victoria y Francis Poulenc estrecharon lazos gracias a sus responsorios de tinieblas y a mis cuerdas vocales, entre otras. Éxito de crítica y público, aunque no recibí cestas de milhojas, como en otras ocasiones.
¿Qué tal ha ido?
18 comentarios:
(oh, me siento halagado, pero yo a veces intento escribir "a lo Ángel", sin éxito alguno, he de confesar)
Hmmm, queremos ver esas fotos!
Algunos niños de 13 años no se estropean. Espera un poco para ver cuáles son los exterminables.
Me ha gustado esto de saber algo sobre la vida real de Angel.
menos peloteo, que si yo escribo a lo Ace, que si yo a lo Ángel... CURSIS!!!
y no deberían haberte impedido la matanza... con lo que te gusta a ti salir en la tele! jajajaja
Ace, habrá más como esta. Buena experiencia. Espero que no cobres derechos.
Nils, hay otras formas de salir en la tele que no requieren matar a nadie. Es cosa de pararse a pensar en alguna.
Es mucho más instructivo, artístico, piadoso y musical lo que te pasa los fines de semana que en el trabajo, dónde va a parar... Sí señor. Claro que habria mejorado mucho si hubiera habido un poco de exterminio, o luxación cuando menos.
Qué bonita entrada, Ángel ¡enseña las fotos! ¡te mandamos nosotros las milhojas!
Oye, las milhojas estaban buenísimas. Avisa con mas tiempo la próxima vez que casi le da tiempo al chico de los recados de la confitería a darme esquinazo. Habrase visto...
A mí lo de la misa de las 11, precisamente hoy, me deja un poco trastornada.
:)
María, ¡jamás te enseñaré esas fotos, y reclamo mis milhojas!
Renter, ha cundido el fallo ortográfico. Se dice "ábrase, visto". Porque si no se abre es imposible verlo.
Tortugaboba, ya he leído tu blog. En fin, lo guay de la democracia es que podemos disfrutar de una estupenda libertad religiosa.
¿Ah pero tú lees mi blog??
;)
Muaks.
Ya, pero es que e ordenador desde el que te escribía tenía un grave problema de falta de acentuación, de levedad casi podría decirse.
Y la "h" como era muda pues eso, se calló como una meretriz en Pascua de Resurrección.
Mira que te tengo dicho que "jamás" y "siempre" son palabras peligrosas...
De milhojas nada que luego engordas.
Tortugaboba, claro que lo leo, pero me da apuro escribir, que soy pudoroso como yo solo.
Renter, tu argumentación es tan inteligente que no he entendido nada de nada.
María, mientras sea luego y no ahora... ¡Vengan esas milhojas!
La María escribiendo con faltas de ortografía y tu no reaccionas, doc. Me tienes preocupado.
Lo peor no es eso... la argumentación era tan inteligente que no la he entendido ni yo mismo :-(
Siendo yo un tierno infante ya la misa de 11 era la destinada a los niños, cosa que me parecía fatal por pensar, entre otras cosas, que era demasiado pronto, y prefería la presidida por el Excelentísmo y Reveredísimo, y no sé cuantos "ísimos" más, obispo de la dióceis civitatense, que era a las 12 y que además tenía la ventaja de poderse corretear por el trascoro de una catedral gótico-románica. Bueno que me voy por las ramas, el caso es que puede que entonces fuésemos formalicos incluso hasta los 14, pero ahora no me inmagino yo a esas bestias pardas de 10 años comportandose medianamente bien ni en misa de 11, ni ante el pleno del Tribunal Supremo, que es cosa que debería acojonar bastante.
(Vaya rollo he soltao ¿no? si es que se me va, se me va la olla, lo noto)
Anónimo, María jamás tiene faltas de ortografía. Jamás jamás jamás.
Renter, eres de lo que sí hay.
Gesualdo, no creas. Se portaban estupendamente, en serio y sin ironías. Luego pensé en algún elemento de los que tengo en catequesis de confirmación y en fin... Qué contarte.
"Acabé posando con gafas de sol entre dos espejos tan gigantes como inestables y trémulos"
Éso debió de ser digno de ver.
Por cierto, no ha estado mal.
Un saludo!
Que sepas que la nutria pelosa de California del norte alcanza su madurez sexual y asexual (única especia que las alcanza al mismo tiempo)a los 13 años con la mala suerte que esto conlleva. En ese mismísimo instante los padres las casan con una marmota reumática para quedarse con la dote que suele consistir en una cubertería de plata, una cantimplora, una taza y una peonza. Tenemos tanto que aprender de las nutrias, y tan poco que enseñarles que no sabría por dónde empezar.
Pues yo voy a polemizar un poco. Mi opinión es que escribir
«pero me detuvo un par de coadjutores»
así, en singular, basándose en que un par es singular, es propio de mierdasecas.
Y conmigo está la RAE en su Diccionario de dudas (Concordancia, 4.8). Ahí queda eso. ;o)
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