viernes, 27 de febrero de 2009

Digievolución

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La crisis apremia y conviene estar preparados para la que se avecina. Los académicos, en lugar de escondernos bajo un edredón, como vosotros, sobrevivimos a estas épocas haciendo curriculum de las formas más variopintas posibles. Yo, además de mandar publicaciones, ponencias y fotos sugerentes a todos los congresos y revistas jurídicas existentes, me he matriculado en el Curso de Adaptación Pedagógica, alias CAP, modalidad Administración y Gestión.

Desconozco perfectamente cuál será mi cometido, las materias, horarios o régimen de asistencia, pero es la última convocatoria antes de la implantación de los aviesos másteres de postgrado, anuales e inasequibles, y estas cosas hay que aprovecharlas, aunque el CAP habilite para opositar a enseñanza primaria o secundaria y, a día de hoy, ni una ni otra contengan asignaturas destinadas a apuestos doctores en Derecho.

En el fondo, yo también me hubiera comprado un quitanieves si el vendedor hubiera repetido tres veces el chasquido de un látigo.

martes, 24 de febrero de 2009

Pepín Tre

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Últimamente os noto ausentes, como si una nutria de tamaño medio os hubiera faltado al respeto. Incluso, de mis veintinueve habituales suscriptores, cuatro han renunciado a su felicidad y ahora vagan, errabundos, por una plaza ovalada que se ha habilitado expresamente para ellos.

Esos cuatro seres humanos, esos cuatro hombretones hechos y derechos jamás podrán leer estas líneas que dedico al último genial humorista del absurdo, heredero de Tip, padre espiritual de muchos y abuelo material de otros. Se trata de Pepín Tre, editor de la revista científica "Chispa y muelle", sección de La rosa de los vientos durante la etapa de Juan Antonio Cebrián.

"Chispa y muelle", la revista científica que pretende llegar al conocimiento a través del desconocimiento, para llevarlo al embozo de la cama. Aquí os dejo un link con los cuarenta y cinco programas delirantes, improvisados, locos y rigurosísimos. Como hace no mucho me dijo una de mis ocho mujeres, ojalá la realidad fuera como la describe Pepín en sus chispas y muelles.

Gracias, Chexpirit, por descubrírmela. Eres un ser despreciable.

sábado, 21 de febrero de 2009

La divina comedia

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Sí señores, aquí está La divina comedia, el podcast de cine de-fi-ni-ti-vo sobre ci-ne que cambiará vuestra manera de digerir el séptimo ar-te para siempre. Hay que mejorar algunas cositas (y colocar un logo distinto a la foto de nuestras efigies), pero creo que para ser la primera vez que hacemos algo así no ha quedado del todo indigno. Eso sí, dura unos tres cuartos de hora, así que tomáoslo con tiem-po.



Y para más críticas, cómo no, vivirdecine. De hecho, mientras no se pueda oír aquí, allí lo tenéis a vuestra disposición.

Entrada mucho más rigurosa que la anterior

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Han sido numerosas las quejas que he recibido por escribir una entrada como la del martes pasado: incoherente, inconexa, traidora, inconfesa y mártir. A modo de desagravio escribo estas líneas cargadas de solemnidad y seriedumbre sobre los tres momentos más importantes de mi vida en los que suelo perder la noción del tiempo.

Momento 1: al levantarme. Separar sueño de vigilia es para mí tarea ímproba, con mención especial para esas ocasiones excepcionales por buenas y por infrecuentes en las que puedo permitirme el lujo de una siesta de ocho metros cúbicos. Tras esas suelo despertar y pensar que soy el Nuncio Arístides Rinaldini de visita pastoral por las vascongadas.

Momento 2: cuando llego a casa de noche, como ahora, y se me olvida recordar que donde otrora había un microondas con su reloj, desde Navidades hay una cava con su termostato a 15 ºC. Rara es la noche en la que no pienso que son las tres de la tarde.

Momento 3: en compañía de buenos amigos. El tiempo se ralentiza de forma insoportable.

Ya.

martes, 17 de febrero de 2009

Palabras necias

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En Nápoles han sido detectados esta madrugada pequeños objetos voladores de aproximadamente dos millones de kilómetros por metro cuadrado que, habiendo sido interrogados por el Ministro de Asuntos Propios, han respondido al nombre de Doña Adamantia de Braganza. Se ruega al padre de la criatura que se abstenga de hacer acto de presencia hasta que no quede definitivamente resuelto el enigma anteriormente citado para las siete de la tarde.

"Brezno". Fue esa la última palabra pronunciada por Raoul Von Ottemberg Christiansen Pérez-Comellas antes de ser sorprendido adulterando miel de osa, a la que añadía pequeños fragmentos de comarcas adyacentes, que no se percataban de la lacra hasta bien entrado el mes de otoño. El detenido ha sido puesto en evidencia cuando intentaba rescatar uno de los últimos ejemplares de "Esplendor y altramuces", famosa obra teatral en tres actos, diez cuadros y un icosaedro de F.J. Tolstoi.

Evidenciando todo lo dicho, este espacio queda reservado, moralmente hablando, a todo aquel que exhiba su correspondiente contrato de ebanista en el plazo reglamentario.

Vale.

viernes, 13 de febrero de 2009

El abismo semántico

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En su última entrada, Nils me da una idea para mi última entrada. Habla el simpático reportero de las diferencias lingüísticas entre el español latino y el español castellano, frutalmente hablando. No es necesario ir tan lejos, replico presto, pues todo el mundo conoce las diferencias entre variantes de preparación de café a lo largo, ancho y profundo de la península, y cómo un cortado, un manchado o un bombón pueden causar confusión en función de dónde estemos.

Menos popular es el caso del blanco y negro, famoso refresco que se prepara en Murcia a base de granizado de café y una bola de helado de vainilla o nata on top, y que protagonizó no hace mucho una conmoción en la fuerza inspirada en hechos reales.

Corría el mes de agosto del año dos mil algo cuando un buen amigo, murciano, decidió empacar sus pertenencias para adentrarse en las inhóspitas tierras valencianas. Al llegar al punto de destino, acalorado bajo los ochenta y siete grados centígrados aproximados que distorsionaban su percepción y aplomaban su ánimo, decidió refrescarse en una cafetería degustando un gélido y reconfortante blanco y negro, y de tal modo lo pidió. Cuando el camarero apareció un buen rato después con un candente y reconfortante bocadillo de salchicha blanca y morcilla fritas, lo menos que pudo hacer fue dejarlo intacto en el plato.

Si os preparaseis bien antes de cada viaje, me evitaríais estas entradas.

martes, 10 de febrero de 2009

Mi buena mala acción del día

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Caminaba yo esta tarde con ánimo sereno y haciendo gala de algunos de mis exquisitos modales burgueses cuando, repentinamente, he observado un miembro en activo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, vulgo poli local, reprendiendo dura y chulescamente a una indigente violinista con perrico adorable incorporado. Le decía algo así como que despejara la vía pública o ya se encargaría él de que el perro acabara debidamente gaseado.

Tras avanzar unos metros, quizá llevado de mi amor por los violines, por las indigentes, por los perricos adorables incorporados o por todo ello a la vez, he decidido tomar medidas idóneas.

Metros más adelante, tres inmigrantes hacían su particular febrero a base de cedés y deuvedés sobre fondo blanco. Me he acercado a uno de ellos y le he dicho que fueran recogiendo si querían que su mercancía no acabara debidamente gaseada.

El inmigrante me ha mostrado su agradecimiento y yo ahora estoy en casa con la sensación del deber ilegal cumplido y la certeza de que hay un montón de policías leyendo esto y a punto de llamar a mi puerta con una citación judicial en ristre.

domingo, 8 de febrero de 2009

Vivir de (casi todo el) cine

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Reconozco que no puedo con el cine de terror. Las inmensa mayoría de pelis de miedo que he visto completas, incompletas o entre el hueco de dos dedos de mi mano, han acabado conmigo bañado en sudor frío y balanceándome sobre mi propio coxis. Las extrañas excepciones ("La semilla del diablo" o "El resplandor", vaya usted a saber por qué) son meramente anecdóticas.

A los siete años recibí el primer varapalo con los Gremlins, y en mi adolescencia rebelde fueron Damien y su profecía los encargados de recordarme mi particular cinefobia. Con el crecimiento en madurez y experiencia ya no sólo el terror me aterroriza, sino que cualquier película con alto potencial desasosegante es capaz de dejarme mal cuerpo y peor alma.

Esta limitación me trae por la calle de la amargura. En las reuniones secretas que mantenemos los gafapastas murcianos en los sótanos de la Filmoteca me azoro muchísimo cuando me preguntan si he visto "Requiem por un sueño", "Funny Games" o la última de Lars von Trier, y no me queda más remedio que cambiar bruscamente de tema o derramarle a alguien el té por los muslos.

Hace unas semanas, una de mis catecúmenas me contó que, a sus catorce años, las películas que más le gustan son "las de gente descuartizada". Hoy, recordando aquellas sabias palabras -que aún resonaban en mis oídos con su retintín de desafío- he visto los diez primeros minutos de "Saw 3".

Y no sabéis lo difícil que me sigue resultando teclear bañado en sudor frío y balanceándome sobre mi propio coxis.

viernes, 6 de febrero de 2009

Vivir de cine

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No hace tanto, Chexpirit, buen amigo, cobloguero vecino, informático rapaz, emulador de Shikamaru, guitarrista eléctrico, dueño de Predator, discípulo aventajado, twittero infatigable y cinéfilo irredento, me sugirió la posibilidad de entrar a formar parte de la red de blogs Libreticas, sucursal cine.

Desde no hace tanto colaboro, pues, en la web vivirdecine, bajo el pseudónimo de Wonka, habitual desde que decidí fusionar a la manera de Trunks y Goten a Willy Wonka y a Wong Kar- Wai, en merecido doble homenaje.

Hasta hoy he hablado de "My blueberry nights", "La guerra de Charlie Wilson", "Cometas en el cielo" y "La duda". Para evitar duplicar entradas, anunciaré por aquí a modo de aviso las actualizaciones que vaya colgando en vivirdecine que, por cierto, pronto engendrará el primer episodio de su podcast, del que os hablaré cuando sea público y notorio.

martes, 3 de febrero de 2009

Las cinco magníficas

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Fiel a mi costumbre de ver todas las películas seleccionadas para la categoría de Mejor Película según la Real Academia de Cine y Palomitas Dulces de Hollywood, aún no he visto ninguna de las cinco. Los motivos son diversos, y se reducen a uno: en Murcia se desprecian olímpicamente las películas que no garantizan lleno en la sala. Esto provoca paradojas espaciotemporales como tener cines con dos o tres salas proyectando "Mal ejemplo" y sólo una sala en toda Murcia con "La duda", candidata a cinco óscares como cinco soles y que, por cierto, fui a ver ayer y me pareció estupenda.

Así que, de aquí al día veintidós de febrero tendría que ver...

... "El curioso caso de Benjamin Button", que estrenarán y rebosarán las salas porque es guay y sale Brad Pitt marcha atrás...

... "The reader", que provocará confusión y habrá gente que salga desconcertada por no haber reconocido a Leonardo DiCaprio en su mejor papel...

... "Milk", que se mantiene milagrosamente en un único cine y en un único último pase...

... "Frost/Nixon", que será estrenada en una sala X que habilitarán en Murcia exclusivamente a tal efecto, y...

... "Slumdog Millionaire", que compartirá cartel con la anterior y que probablemente se llamará "Concursa como puedas".

Conforme vaya viéndolas y despojándome de mis prejuicios, os cuento.

domingo, 1 de febrero de 2009

Retrospectiva agrícola de gran interés

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Ya sé que, al ser murciano de nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte, aparezco en el imaginario colectivo como un huertano noble y leal que tararea letras de seguidillas mientras trabaja con el arado antes de volver exhausto a su barraca a comer morcillas crudas y a apretarle el refajo a su moza.

Lo cierto es que mis contactos con el sector agropecuario se limitan a una ocasión en la que, a la edad de dieciséis años, tuve que trabajar como recogedor de albaricoques y transportador de cajas de susodichos a razón de tres mil quinientas pesetas el día entero para poder costearme un viajecillo de solaz y esparcimiento con algunos compinches.

De sol a sol, de caja a caja y del cántaro a la fuente. Me gustaría destacar que al final de la jornada, cuando los últimos rayos de luz se posaban, delicados, sobre mi aparato locomotor absolutamente destrozado por el dolor insoportable que causan las roturas fibrilares en organismos zarrapastrosos apareció el terrateniente altruista de las tres mil quinientas pesetas y nos señaló que todavía nos faltaban las copas de los árboles y el suelo. Porque, como sabéis, la fruta madurísima del suelo embarrado es la que se usa para los tetrabriks ricos en vitamina C.

Y fue entonces cuando me convertí en el marxista detractor de zumos de albaricoque que todos conocéis.