Recuerdo que el domingo por la mañana me levanté y volví a bañarme, porque en mi cuarto de aseo no había ducha, así que los baños eran obligatorios, frecuentes y de cuerpo presente.
Recuerdo que fui a misa católica de 8 am y que me dio mucho gusto ver que existen católicos en Inglaterra, porque un católico anglosajón se me figura tan extraño como un anglicano oriundo del Rincón de Beniscornia, provincia de Murcia.
Recuerdo que desayuné un café con nata con caramelo con chocolate y un muffin de chocolate con toppings de más chocolate y toffee. Eché en falta no haber tenido a mano una buena tarrina de mantequilla para untarlo bien, porque lo noté hipocalórico.
Recuerdo asistir a una misa anglicana cantada por los odiosamente envidiables niños del King's College, con el mismo chambelán alopécico y un contratenor rebelde que pintarrajeaba la sillería vetusta y respetable. Recuerdo que duró unas dos horas, que cantaron una misa de Orlando de Lasso y que una diácona dio un sermón sobre el Magnificat en clave socialdemócrata.
Recuerdo asistir a otras vísperas anglicanas cantadas por el mismo King's College de antes, con las vidrieras en el mismo sitio y un tenor Mohinder Suresh. Recuerdo que el capellán nos saludó con un "welcome again". Creo que una visita más hubiera bastado para entrar directamente como maestros de ceremonias o acólitos de primer grado. El chambelán nos miró con recelo.
Recuerdo una barbacoa nocturna a las siete de la tarde en nuestro College a base de salchichas grisáceas, hamburguesas encogidas, hamburguesas vegetarianas de aspecto pálido, zumo de naranja en polvo y pimm's, que viene a ser la sangría inglesa, con sus cortecitos de limón, de naranja y de inexorable pepino. Recuerdo temer en vano por la salud de mi íleon.
Recuerdo una postcena en mi habitación con dos botellas de vino francés y seis copas. Recuerdo, poco después, una postpostcena en la encantadora sala de profesores ociosos con fruta, chocolate, oporto, el tesorero del College y un señor que fue hasta no hace tanto Embajador en España y profesor de inglés de nuestro Ministro Moratinos. No recuerdo acostarme.
Recuerdo una jornada de lunes de mercadillos, largos paseos, más colleges en época de exámenes y una explanada gigante de prados de reverdor y adolescentes mutantes jugando al frisbee con superpoderes.
Recuerdo una cena a las 6 pm en el restaurante donde mejor cocinan el fish and chips. Recuerdo desmigajarlo mucho para que no se notara que no me apetecía demasiado merendar pescado frito con patatas, aunque las tres botellas de vino blanco cumplieron su misión, fuera cual fuera su misión.
Recuerdo una velada inolvidable en casa del anfitrión, con un montón de quesos ingleses y cinco botellas más de vino a repartir entre seis.
Recuerdo el último día, el viaje de vuelta en estado vegetativo, las azafatas de plástico duro, un panini de mozzarella con tomate que jamás se enfrió del todo y un aterrizaje de bajo coste.
Recuerdo llegar a casa en estado de ñoñez y escribir un post que provocó vuestras iras.
He cumplido. Os toca.
Recuerdo que fui a misa católica de 8 am y que me dio mucho gusto ver que existen católicos en Inglaterra, porque un católico anglosajón se me figura tan extraño como un anglicano oriundo del Rincón de Beniscornia, provincia de Murcia.
Recuerdo que desayuné un café con nata con caramelo con chocolate y un muffin de chocolate con toppings de más chocolate y toffee. Eché en falta no haber tenido a mano una buena tarrina de mantequilla para untarlo bien, porque lo noté hipocalórico.
Recuerdo asistir a una misa anglicana cantada por los odiosamente envidiables niños del King's College, con el mismo chambelán alopécico y un contratenor rebelde que pintarrajeaba la sillería vetusta y respetable. Recuerdo que duró unas dos horas, que cantaron una misa de Orlando de Lasso y que una diácona dio un sermón sobre el Magnificat en clave socialdemócrata.
Recuerdo asistir a otras vísperas anglicanas cantadas por el mismo King's College de antes, con las vidrieras en el mismo sitio y un tenor Mohinder Suresh. Recuerdo que el capellán nos saludó con un "welcome again". Creo que una visita más hubiera bastado para entrar directamente como maestros de ceremonias o acólitos de primer grado. El chambelán nos miró con recelo.
Recuerdo una barbacoa nocturna a las siete de la tarde en nuestro College a base de salchichas grisáceas, hamburguesas encogidas, hamburguesas vegetarianas de aspecto pálido, zumo de naranja en polvo y pimm's, que viene a ser la sangría inglesa, con sus cortecitos de limón, de naranja y de inexorable pepino. Recuerdo temer en vano por la salud de mi íleon.
Recuerdo una postcena en mi habitación con dos botellas de vino francés y seis copas. Recuerdo, poco después, una postpostcena en la encantadora sala de profesores ociosos con fruta, chocolate, oporto, el tesorero del College y un señor que fue hasta no hace tanto Embajador en España y profesor de inglés de nuestro Ministro Moratinos. No recuerdo acostarme.
Recuerdo una jornada de lunes de mercadillos, largos paseos, más colleges en época de exámenes y una explanada gigante de prados de reverdor y adolescentes mutantes jugando al frisbee con superpoderes.
Recuerdo una cena a las 6 pm en el restaurante donde mejor cocinan el fish and chips. Recuerdo desmigajarlo mucho para que no se notara que no me apetecía demasiado merendar pescado frito con patatas, aunque las tres botellas de vino blanco cumplieron su misión, fuera cual fuera su misión.
Recuerdo una velada inolvidable en casa del anfitrión, con un montón de quesos ingleses y cinco botellas más de vino a repartir entre seis.
Recuerdo el último día, el viaje de vuelta en estado vegetativo, las azafatas de plástico duro, un panini de mozzarella con tomate que jamás se enfrió del todo y un aterrizaje de bajo coste.
Recuerdo llegar a casa en estado de ñoñez y escribir un post que provocó vuestras iras.
He cumplido. Os toca.
27 comentarios:
¿Por qué la dieta inglesa se basa en el pepino? Dejo ahí la cuestión por si alguien sabe la respuesta.
Las postpostcenas son lo mejor de lo mejor en la Gran Bretaña. Uno nunca termina de tener hambre, tan pequeñas son las porciones de comida. Recuerdo haber visto en aquel país unas manzanas del tamaño de una uva muy grande.
Los mercadillos son maravillosos, y los fish and chips nunca he terminado de entenderlos.
Lo de los adolescentes mutantes me ha llegado a lo hondo. Me ha encantado vaya.
Besooooo
¡Qué borrachera ecuménica! Seguro que si buscas tambien hubieras encontrado algún culto Sij. Bueno en serio que debe estar bien eso de que así sin más un domingo cualquiera te canten una misa de Lasso, con los horrores que se oyen aquí habitualmente en las iglesias.
En fin será cosa de especialización nacional, allí tratan la polifonía cosa fina, pero la barbacoa hispana suele ser mucho mas sustanciosa, vaya lo uno por lo otro.
Tortugaboba, yo tampoco consigo entender a los fish and chips, y mira que les digo que hablen más despacio.
Gesualdo, no te creas, que ya me dijeron que las guitarras también han copado muchas iglesias anglicanas. Lo que pasa es que es el King's College es el King's College (la Westminster Cathedral es un poco el equivalente en católico). Y bueno, misa de Lasso por la mañana y Magnificat y Nunc dimittis de Byrd por la tarde. ¿Qué te parece?
A partir del primer "Recuerdo" ya la entrada se vuelve tan repititiva como las veces que eres capaz de repetir King's College en un minuto.
Para estar una semana parece que hubieras nacido allí, le damos la razón a Einstein y la masa puede convertirse en luz, y que el tiempo es relativo. Tengo la impresión de que has magnificado el tiempo en que saliste de tu cubículo de 2x2 metros donde trabajas enganchado a los test del Facebook.
Ya, todo es tan triste... :"(
Caray Angel, otro admirador que te sigue atentamente por Feisbuk y por blog... que les das?
(a ver si quitas esas fotos tuyas tan sexies que la gente después las imprime y las lleva en la cartera)...
es normal guisela, en cualquier sitio ya te lo encuentras con su prosa humorísticamente infantíl y desesperadamente social desarrollada por su lider espiritual: woddy allen, cabida bien sobre mentes más enfermas que la suya bajo la perversión de un adulto que quiere volver a ser un niño de mamá.
Bueno, hay gente para todo, y si el muchacho en su versión travesti sueña con ser La puta de Mensa (uno de los mejores cuentos jamás escritos por otro lado)(justamente lo releía anoche mientras procastinaba), que mas da? Es su blog, son sus juguetes, cada uno tiene en casa su propia bici y su Mecano para construir a su gusto. Quién no anhela volver al vientre matern porque mamá nos dice que somos los más guapos y los más inteligentes mientras que en el mundo nos acecha gente tan egotista como nosotros dispuesta a hacernos entender que no somos ese ser brillllante que creíamos?
Un poco de piedad que si no uno después se transforma en esos alemanes locos que le tratan de llamar la atención de las actrices españolas y un día se le presentan a la puerta del teatro con una bayesta y un bidón de gasolina...
Me salen admiradores de debajo de las piedras. Esto es una barbaridaz.
¿La puta de Mensa?
Tienes algún tipo de trauma con asociaciones de superdotados. :-¿?¿?
"La puta de Mensa" es un relato de "Sin plumas", de Woody Allen.
El fish&chips ya está pasado de moda Ángel. Mira que te lo advertí.
Quesos ingleses... uhmmm... habrá que investigar si existen, o los irlandeses se pondrán de muy mala leche si leen tu blog.
Sigo con vidas extra. Siguiente pantalla?
No olvides las ovejas británicas, dan leche para queso clonado, ask Dolly. Ask Jeeves.
Anonimo, tú tampoco olvides las ovejas. Por las dudas, yo qué sé, siempre es útil recordar ovejas.
Se te olvidaba decir: ¡y qué verde todo!
Si me pusiese quisquillosa te diría que no se dice diácona sino diaconisa, y que en Cambridge no reman sino que hacen punting puesto que el palo pisa el lecho del río. Pero yo sé que tú lo sabes y que simplemente reformulas tu lenguaje para que lo entienda la masa. ¡Qué grande eres!
María, era el local donde mejor fish and chips cocinaban. De diseño. Un asco. Y sigues con vida extra porque has echado más monedas.
Cheesela, ovejas, ovejas... ¿quién necesita ovejas?
Superflicka, en efecto, en mi humildad radica mi grandeza. Y viceversa, claro.
La pregunta parecía boba pero no lo era, me refiero a la del pepino. Y gracias a Dios que existe La Wikipaedia Britannica, ya que allí acudí. Al parecer el asunto está relacionado en sus orígenes con una cuestión de clases sociales, retratada incluso en "The importance of being Ernst". Vamos, que para ser ALGUIEN entre los británicos, no hay como hacerse con un respetable pepino e ir exhibiéndolo impúdicamente por las calles (y, con suerte, por las moquetas).
Decir que después de esa lectura he quedado absolutamente perturbada y abrasada por todo tipo de pensamientos, agradezco vuestra atención y me apresuro a darme un baño finlandés.
Una misa en inglés...umm, interesante...me recuerda al día en que robé un nuevo testamento, en inglés, francés y alemán, de un hotel de mala muerte a las afueras de Colonia.
Por cierto, aquí en Basilea dicen que hay una iglesia donde se celebran cultos gays. O no lo he entendido bien, o el sacerdote acaba diciendo: "el cuerpazo de Cristo..."
PD: el peor invento inglés: la salsa de menta. Sin doubt
Guisela, ehm... bueno, ya te contaré yo de Finlandia.
Sáimon, no probé la salsa de menta, pero había tantos ingredientes más y más caros que hacían los mismos estragos...
¿¡Salsa de menta¡? Y yo quejándome de los pepinos en los sándwichs.
Besooo
Muy gracioso, amigo, pero soy oriunda del Rincón de Beniscornia, y te aseguro que en esta pedanía de Murcia hay cosas mucho más extrañas...
Por cierto, hay más católicos en el Reino Unido de lo que pueda parecer, y para mi las misas allí, tienen algo especial. Merece la pena madrugar.
No lo dudo, Carmen. Tengo que hacer una prospección por allí un día de estos. Murcia y sus pedanías dan para una red de blogs entera.
Qué contarte de las misas en Reino Unido. A mí me conmovieron, en el sentido etimológico.
Como se me queja de que no le aviso a tiempo, la próxima vez que me viaje, me lo dice. Que le voy a envíar yo a escuchar misa de doce en arameo a Santa Tecla. No tendra palabras el resto de su vida para agradecerme semejante favor.
Un beso.
Muy al estilo Cobachiano esta entrada.
Alejandra, el caso es que nunca sé si hablas en serio o en broma. Casi nunca.
Anónimo, "cobachiano" o "cobachil". Ambos están admitidos.
Siempre en serio, señor Ángel. Un misa en arameo no es broma, se lo aseguro.
Veo que ni los canticos ni el paisaje ni las iglesias, lo que más recuerdas de Camrbidge es la comida y la bebida... como buen mediterráneo.
¿No te batiste en duelo a espada con algún perro inglés?
No, y además en el college no había sala de esgrima ni perros dispuestos a batirse. Un despropósito.
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