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La semana que viene es semana de Pascua, de Resurrección y de alegría. Es semana de Primavera en el calendario litúrgico murciano, de fiesta, juergas, de Bando de la Huerta, de Entierro de la Sardina, de desfiles coloristas, plazas soleadas, aperitivos interminables, naranjos en flor y olor a azahar.
Habría que ser muy tonto para no querer renunciar a todo eso en pro de unas buenas jornadas sobre libertad religiosa en centros penitenciarios.
¿O soy el único que se muere por saber si los niños judíos delincuentes tienen derecho a celebrar el bar mitzvá* en sus centros de internamiento?
* Expresión incorrecta.
9 comentarios:
jornadas sobre libertad religiosa en centros penitenciarios Libertad dentro de la cárcel, qué cosas!
Qué paradójico... Yo hubiera creído que los que están en la carcel van a ir derechos al infierno. Desde que cambiaron los mandamientos es que me lío un montón.
Ángel, te veo con tus zaragüeles en la cárcel rezando la tora :-)
Mmmmmmmmm, déja que me lo piense. Mmmmmmmmmm, estoy dudandolo, entre el Domingo de Resurrección en Las Flores, solecico, azahar, rumor de la fuente o Nosequé?
Ahhhhh, sí, claro. Nosequé!
Nos vemos.
Nils, te mantendré al tanto de cualquier nueva paradoja que pueda surgir.
Superflicka, no, ahora los que van a la cárcel son los que están en el infierno.
Leo, yo soy más moro, ya me conoces.
Zurdo, venga, entonces te apunto a ti también. ¿Alguien más?
Pero es por una bueeeeeeeeeena obra :) así que plánchate el cuello de la camisa, péinate con raya enmedio, ponte colonia y halaaaaaa... ¡al trullo!
Pues a mí lo que realmente me sorprende es que hagan jornadas sobre la libertad religiosa en centros penitenciarios. Por que a mí me parece que los que están ahí dentro como que... fijo que tienen otro tipo de preocupaciones un poco más importantes que esa.
Celebrarlo en el Bar Mitzvá, querrás decir...
Elminotauro, si fuera en el trullo la cosa adquiriría algún tinte interesante del que carece absolutamente.
Nepo, hombre, la verdad es que yo estuve un año de voluntario en uno de esos centro y no conseguí más que esquivar algún cenicero volante. Pero claro, yo les enseñaba matemáticas...
Tamaruca, es que así queda menos anafórico. Pero gracias por la corrección, comentarista hebrea.
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