¿Qué? ¿Cuántos de vosotros habíais perdido ya toda fe, toda esperanza y toda caridad en que volviera a escribir algo? ¿Cuántos me habéis situado como uno más entre tanta gentuza desaprensiva que comienza un blog y lo deja morir de inanición? ¿Cuántos creíais que había fallecido en un accidente automovilístico? ¿Cuántos creeis que mis nuevas gafas de sol son demasiado grandes y horteras?
Prejuicios, prejuicios y más prejuicios. Nada de eso es cierto. Bueno, quizá lo del accidente automovilístico, pero tengo hora para el forense la semana que viene y ya sabéis cómo van estas cosas.
Os quiero y desprecio tanto que no puedo evitar facilitaros el auténtico motivo de mi ausencia: problemas informáticos. Sé que esperabais algo mucho más poético, pero es lo que hay. ONO me ha tenido sin Hotmail, sin messenger, sin Gmail y sin blog desde el jueves. Probablemente les dedique un cariñoso post mañana o pasado. Por ahora dejémoslo estar.
Sabed que estoy de nuevo con vosotros, y que se acerca el día. Preparaos.
5 comentarios:
¿Te dieron alguna explicación del problema?
No. Quizá porque al parecer, contrariamente a lo que me dijeron al principio, era un problema masivo, que me costó unas diez llamadas al 902 correspondiente.
En cualquier caso, si en vez de masivo hubiera sido un problema más IVA, habría tenido que pagar un 16% más.
Tanto anuncio chorra tenía que afectar en algo al servicio que dan, digo yo.
Ya sabes que para mí tus gafas siempre serán perfectamente bellas, o áureas.
Dejaré de saberlo, desconocido Lanzador, dejaré de saberlo...
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